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El mito bananero que persigue al nuevo Primer Ministro británico

04 agosto 2019 | 16:17

Boris Johnson se ha convertido en una figura internacional luego de asumir el puesto de Primer Ministro británico. En parte, ha logrado esto gracias a su personalidad excéntrica, bromas pesadas y su forma de hablar sin filtro.

Johnson ha hecho y dicho muchas cosas curiosas, graciosas o incluso ofensivas en su pasado, sin embargo la mayoría de estos eventos son olvidados relativamente rápido por el público.

Todos, excepto sus comentarios sobre la regulación de comida de la Unión Europea y la “policía de plátanos”, término que la prensa británica como The Independent y The Guardian e incluso medios internacionales como Fortune Magazine han utilizado en reiteradas ocasiones para referirse a sus declaraciones, en muchos casos con tono burlesco.

Éstas consistían en críticas extremas y sin fundamento claro sobre la regulación de la fruta en el Reino Unido, y que rápidamente fueron ridiculizadas por el público y la prensa. Pero, ¿de dónde provino esta idea tan extraña de una “policía de plátanos”, en qué consistía realmente y qué nos dice esta historia sobre el nuevo Primer Ministro de uno de los países más poderosos del mundo?

Boris Johnson | ARCHIVO | Agence France-Presse

Todo esto comienza hace más de dos décadas, y es en parte una herida auto-infligida.

Johnson comenzó su carrera profesional como periodista a finales de los años 80 y principio de los 90. Durante este tiempo, se volvió infame entre sus colegas por escribir artículos que criticaban a la Unión Europea y sus oficiales, con información poco confiable y periodismo que no era fiel a la verdad, como afirmó en The Guardian el periodista Jean Quatremer, quien fue su colega durante ese periodo.

Este tipo de periodismo se conoce como “Euromito” en la prensa británica, y Quatremer identifica a Johnson como su creador, o por lo menos, su exponente más prominente y exitoso en su columna. El género rápidamente se volvió popular en medios “Euroescépticos”, con múltiples críticas a regulaciones inexistentes o exagerándolas para crear una visión negativa.

Entre ellos surgió un artículo en el medio británico The Sun a mediados de 1994, el cual advertía que se iba a prohibir la venta de plátanos que no tuvieran una curvatura adecuada a la nueva regulación requerida. La única referencia en línea a esta publicación es una respuesta del medio estadounidense The New York Times, la cual desmiente completamente las acusaciones.

ARCHIVO | AFP

Sin embargo, este tomó vuelo rápidamente, llegando a necesitar una respuesta oficial de la comisión Europea, la cual sigue disponible en su sitio web oficial.

Eventualmente, este euromito fue olvidado por el público. Sin embargo, Johnson tomó la decisión de revivirlo en 2016. Durante el lanzamiento del bus “Vote Leave”, parte de la campaña oficial del Brexit, el exalcalde de Londres comentó sobre la regulación extrema de la Unión Europea, afirmando que, entre otros productos, vendrían a atacar a los plátanos británicos.

“Es absolutamente loco que la UE nos esté diciendo que tan potentes tienen que ser nuestras aspiradoras, que forma tienen que tener nuestros plátanos y ese tipo de cosas”, afirmó al público presente, según información consignada por el diario The Guardian.

Desde ese momento, Boris ha sido sinónimo con el euromito de la policía de plátanos, e incluso aportó más al mismo, luego de afirmar que la UE prohibía la venta de manos de la fruta que tuvieran más de tres dedos, como registró el diario británico The Telegraph.

ARCHIVO | AFP

A diferencia de otros comentarios de Johnson, que fueron rápidamente olvidados, éste se convirtió en un fantasma constante para su carrera, el cual tuvo ventajas y desventajas. Por un lado, este y otros euromitos le ayudaron a establecerse en la política británica y crear la división necesaria en el público para obtener la victoria para el Brexit, como se ha afirmado en medios como CNN, pero por otro, puso en duda su confiabilidad y seriedad como político.

Johnson simplemente no logró forjar una identidad política más allá de los euromitos, lo cual puso en duda su compromiso con la campaña del Brexit. Desde hablar de regulaciones que no existen a intentar apaciguar a ambos lados de un argumento y hacer bromas pesadas en el peor momento, Johnson simplemente no se apega a una sola idea ni tampoco a las normas sociales de la política.

Esta reputación le terminó costando caro, ya que vio como su aliado más importante, Michael Grove, rechazó candidatearse con él durante las elecciones de 2016. Según información reportada por The Guardian, entre las cuales se encuentran e-mails filtrados entre Grove y su esposa, el candidato tomó esta decisión debido, en parte, a esta falta de confiabilidad por parte de Johnson.

AFP

Por suerte para Johnson, la situación del Reino Unido le permitió surgir nuevamente y llegar al puesto de Primer Ministro eventualmente, aunque la “policía de plátanos” todavía lo persigue gracias a sus críticos más duros.

La historia de los plátanos no es de por sí lo que marca problemas para Johnson, aunque es el ejemplo más prominente de su peor característica: El caos y el ridículo.

Sin embargo, esto podría ser intencional. El comediante político John Oliver afirmó en su programa Last Week Tonight que esto es parte de una estrategia a largo plazo. “Johnson está más que contento de verse ridículo. Le permite no sólo sobrevivir a sus errores, sino también beneficiarse de ellos”, explica, mostrando múltiples situaciones donde sus euromitos y bromas le han ayudado a evitar repercusiones sobre sus comentarios y políticas más problemáticas.

Y efectivamente, sus momentos más ridículos y graciosos dominan la presencia mediática de Johnson, y existen muy pocos artículos sobre sus planes para el Brexit, o sus ideas para la política interna británica.

¿Podrán estas tácticas e historias graciosas como la de la “policía de plátanos” ayudarle a la larga al nuevo Primer Ministro, como han advertido sus críticos, o terminarán siendo el final de su carrera? Es difícil de predecir, pero lo seguro es que Boris Johnson no podrá escapar tan fácilmente del mito que él mismo creó.