¿Qué pensarías si en un periódico ves un titular anunciando que un negro será quemado o que otro será linchado a cierta hora y en determinado lugar? ¿Te escandalizaría ver a una muchedumbre conversando, comiendo y bebiendo animadamente mientras un ser humano es torturado y asesinado de la forma más cruel posible?
Aunque parece algo propio de una película de terror, este tipo de cosas ocurría hace sólo algunas décadas en Estados Unidos. Allí murieron más de cuatro mil afroamericanos entre 1877 y 1950 en “linchamientos raciales”, de acuerdo a una investigación de la organización Equal Justice Initiative (EJI).
Esta práctica, que comenzó a ocurrir tras la abolición de la esclavitud, tenía como objetivo mantener un sistema de castas raciales, donde la raza blanca era considerada superior y la negra debía estar subordinada. De esta manera se mantenía a raya a los afroamericanos para así reducir sus probabilidades de ascenso social y se evitaba que se rebelasen.
Si bien, la mayoría de los linchamientos ocurría de forma espontánea e incluso silenciosa, hubo ocasiones en que fueron anunciados por periódicos. Ejemplo de ello es una nota publicada en el Daily News de Jackson en 1919, donde decía “John Hartfield será linchado por una muchedumbre de Ellisville a las 5 de la tarde de hoy”, lo que claramente podía ser interpretado como una invitación a participar.
No le dijo “señor” a un policía
Las excusas para los linchamientos eran variadas. A veces bastaba la acusación de haber cometido un delito y en otras, con una actitud que fuese considerada una “falta de respeto” a un blanco.
Según el estudio de la EJI, cerca del 25% de los afroamericanos asesinados en estas circunstancias fueron acusados de agresión sexual. Mientras que cerca del 30% fueron acusados de homicidio.
Asimismo, el documento indica que otros cientos fueron asesinados en base a acusaciones menos serias como incendio intencional, robo, asalto y vagancia. Delitos que legalmente no eran castigados con la muerte.
La Equal Justice Initiative agrega que incluso hubo casos de negros linchados por tropezar accidentalmente con un blanco y hubo un hombre en Alabama, cuya única falta fue tratar a un policía por su nombre en vez de emplear antes el título de “señor”.
Stewart Tolnay, profesor emérito en Sociología en la Universidad de Washington, explicó a BBC Mundo que también hubo casos de linchamientos en que las víctimas fueron blancos, pero precisó que estos nunca eran atacados por las razones triviales por las que mataban a los negros y tampoco eran objeto de tortura.
Cuando la muerte se vuelve un espectáculo
Uno de los casos más conocidos fue el del afroamericano Luther Holbert, quien se encontraba con una mujer al momento de ser linchado, por lo que ella corrió la misma suerte.
El hombre era acusado de asesinar a un hacendado blanco y sin mediar juicio, fue atado a un árbol junto a la mujer y les cortaron los dedos de las manos uno a uno.
Además, la pareja fue golpeada, les cortaron las orejas y abrieron agujeros en sus cuerpos usando sacacorchos. Luego, los quemaron vivos.
Pese a que el sólo relato causa horror o al menos cierta inquietud, quienes presenciaron el hecho se repartieron los dedos cercenados como recuerdos y observaron el “espectáculo” comiendo huevos rellenos y bebiendo whisky y limonada, consignó BBC Mundo.
Otro caso fue el de Sam Hose, un negro de Georgia, cuyo linchamiento incluso motivó que personas viajaran desde Atlanta en un tren especial.
Según ABC, el hombre fue desnudado y encadenado a un árbol. Después le cortaron los dedos, las orejas y los genitales. Tras esto, lo rociaron con queroseno y lo quemaron vivo.
Una vez muerto, le sacaron el corazón y el hígado, los que fueron trozados y repartidos entre la gente. Al igual que en el caso de Holbert, en el lugar de la ejecución había hombres, mujeres y niños. Y también disfrutaron de la comida que les ofrecían los vendedores ambulantes.
En 1918 fue asesinada una mujer afroamericana embarazada, Mary Turner, cuyo marido había sido linchado junto a otros tres hombres tras ser acusados de matar al dueño de una plantación. ¿La culpa de Turner? hacer “declaraciones poco inteligentes” tras el hecho.
La mujer fue colgada de los tobillos desde la rama de un árbol, quedando boca abajo. Le prendieron fuego y, estando aún viva, le abrieron el abdomen, tiraron el feto al suelo y lo pisotearon. Finalmente la acribillaron a balazos.
The Crisis
The Crisis, una revista de la Asociación Nacional por el Avance de las Personas de Color (NAACP) y editada por W.E.B. Du Bois, publicó en 1916 un suplemento de ocho páginas en que se mostraban fotografías del linchamiento de un hombre negro.
La víctima era Jesse Washington, quien fue acusado de asesinar a una mujer blanca para la que trabajaba en Waco, Texas.
De acuerdo a El Diario, las imagenes recogían todo el proceso sin censura: desde la convocatoria de la turba hasta el cuerpo colgado y calcinado.
Las fotografías fueron publicadas como parte de una campaña que buscaba abrir los ojos de los estadounidenses, respecto de los crímenes que se estaban cometiendo con completa impunidad en el país.
Quienes tomaban parte de los linchamientos no tenían problema con que se conociese su participación, ya que sabían que no serían castigados. Incluso, algunos de ellos posaban junto a los cuerpos de las víctimas y enviaban luego las imágenes a sus familiares con frases como “el asado que hicimos anoche”.
Mientras que los racistas intercambiaban este tipo de fotos como un pasatiempo, quienes luchaban por los derechos de los afroamericanos las usaron como prueba de los horrores que se cometían.
En 2018 fue abierto al público el Memorial Nacional por la Paz y la Justicia, dedicado a las personas negras que fueron esclavizadas, a las víctimas de linchamientos y a aquellos humillados por la segregación racial.