“Sí, miren alrededor, algunos de los hombres más poderosos del mundo están reunidos aquí, miembros de uno de los clubes más exclusivos de nuestro país”, menciona Frank Underwood al romper la cuarta pantalla en el inicio del octavo capítulo de la quinta temporada House of Cards.
Pero, ¿a qué se refería específicamente? El capítulo muestra un campamento encabezado por una enorme figura de un búho, frente a la cual hombres con capucha roja realizaban una especie de ritual en el que “sacrificaban” una figura de papel.
Francis se refería a los “Campos elíseos”, una similitud del Bohemian Grove, el campamento exclusivo para ricos y poderosos, que se realiza en unos terrenos del Bohemian Club, en medio de secuoyas del condado de Sonoma al norte de California.
Underwood continúa diciendo que estos hombres “se reúnen para buscar a Dios entre las ramas de estos árboles, comer juntos y orinar uno al lado del otro” y agrega que “se reparten el mundo como si fuera un pastel”, concluyendo que “aquí radica el poder verdadero”. Pero, qué tan real es su afirmación.
Bohemian Club, exclusivo para caballeros
Los participantes del Bohemian Grove son los miembros del Bohemian Club, un club exclusivamente para caballeros, fundado en San Francisco en 1872 por periodistas, artistas y músicos (de ahí que el nombre haga alusión a la bohemia), que al poco tiempo comenzó a aceptar a hombres de negocios y empresarios como miembros permanentes y ofrecer membresías temporales a presidentes de universidades y comandantes militares de la zona.
En la actualidad el club tendría cerca de 2.500 miembros, aunque nunca se ha revelado la cantidad exacta de socios ni sus identidades. Para ingresar, se necesitan invitaciones de varios miembros o esperar en una lista de 15 a 20 años.
Aunque no sólo eso, ya que también se debe pagar una tarifa de iniciación de 25.000 dólares, aproximadamente 17 millones de pesos, según mencionó Vanity Fair. Sin embargo hay personas que se libran de pagar esa cifra. Se trata de los artistas que durante el campamento entretienen a los asistentes con su arte.
Si bien, nunca se ha confirmado quienes son los miembros activos del club, se dice que entre ellos está David Rockefeller, multimillonario hombre de negocios, y los presidentes Ronald Reagan, Richard Nixon y George Bush, quien habría llevado a su hijo, George W. Bush, que luego se convertiría al igual que él en presidente de Estados Unidos, según indicó BBC.
El búho, los pianos y el lago
Más que un campamento, es una fiesta, según Peter Phillips, académico de la Universidad de Sonoma que ha investigado las actividades del Bohemian Grove.
El campamento se desarrolla cada julio, en pleno verano americano, momento en el que los miembros acuden a la propiedad de 1.000 acres para ser parte de este encuentro bajo el lema “Weaving spiders come not here” (Las arañas que tejen no vienen aquí), frase de la obra “Sueño de una noche de verano” de William Shakespeare, que implica que deben dejar fuera las preocupaciones y abstenerse de hacer negocios.
No obstante, Peter Phillips asegura a la cadena británica BBC que esta regla no se cumple a cabalidad, porque sí hablan de negocios, política y potenciales candidatos, ya que un asistente podría conocer en un día a los 200 mayores donantes del Partido Republicano en Estados Unidos o los directores de las 100 mayores compañías del país.
Otro dato relevante, es que se habría echo la excepción de esta regla en 1942, para la planificación del Proyecto Manhattan, cuyo objetivo era desarrollar la primera bomba atómica, antes que la Alemania Nazi.
El Bohemian Grove se divide en 120 pequeños campamentos, agrupados acorde a su perfil profesional e intereses, con exóticos nombres como “Lost Angels”, “Isle of Aves”, “Silverado Squatters” o “Mandalay”, calificado como uno de los más prestigiosos por sus participantes, como por ejemplo el ex secretario de Estado, Henry Kissinger.
Durante los días de campamento los huéspedes son bienvenidos, sin embargo, las mujeres y los menores deben abandonar las instalaciones por la noche, acorde a lo que indica Gizmodo.
Philip Weiss, escritor de la revista Spy, ingresó al campamento en 1989, cuando la lista de espera era de 33 años y contó como se vive el ambiente en el lugar. Según declaró, la experiencia implica recorrer un sendero en el bosque y oír música de piano en medio de un grupo de tiendas (habrían más de 100 pianos repartidos en la zona), luego ver a hombres bebiendo cerveza y orinando en arbustos, el que sería el ritual más glorificado del campamento, la libertad para hacerlo donde quieran.
Otras actividades que se realizan son las “Lakeside Talsk”, charlas de “interés público” en la que altos funcionarios hablan de información no disponible para el público general. The Press Democrat indicaba que en 2013 las charlas las ofrecerían Stanley McChrystal, general retirado del ejercito y el comediante Conan O’Brien.
Además, de todo esto se realizan obras de teatro y comedias, y la “Cremation of the Care” o “Crema de las Preocupaciones”, una ceremonia similar a la que podemos ver en House of Cards, que se realiza el primer fin de semana en un encuentro frente a un lago.
En la instancia, hombres con toga y antorchas queman una efigie frente a un búho de más de 12 metros de altura, que representaría el adiós a las preocupaciones diarias de los asistentes al campamento.
Pese a que es un encuentro privado, hay personas que se han infiltrado en el lugar para conocer los secretos del campamento y varios de ellos han sido ayudados por una activista californiana.
La activista mencionada es Mary Moore, quien ha encabezado por más de 30 años el movimiento que se opone al Bohemian Grove, ya que le preocupa lo que ocurre al interior, como por ejemplo las charlas a orillas del lago, ya que son conversaciones de políticas públicas, donde personas poderosas discuten y eligen la política, pero en secreto y sin un escrutinio público, según Business Insider.
Aunque hay información y hasta documentales sobre lo que ocurre al interior del Bohemian Grove, muchas teorías de conspiraciones han aparecido por el secretismo de la sociedad. Las que nunca podremos saber si son reales o no, ya que si no han revelado lo que ocurre al interior en 150 años, es probable que a futuro tampoco lo realicen.