Una de las grandes razones por las cuales muchos llegan a fin de mes sin “ni uno” son los costosos arriendos, principalmente en las grandes ciudades, donde se puede ir hasta la mitad del sueldo en un alquiler.
Ese problema no lo sufren los habitantes de Fuggerei, un privilegiado pueblo ubicado en Ausburgo, Alemania. Desde 1520 los habitantes del barrio pagan sólo 88 centavos de euros (690 pesos) al año, gracias a un reconocido comerciante de la época, Jakob Fugger.
“La renta anual no se ha cambiado por casi 500 años. En aquellos días se trataba de un florin (moneda), que hemos convertido a 88 centavos en el dinero de hoy”, dijo a The Local Astrid Gabler, portavoz de la Fundación Fugger. Esta renta aún sigue en pie.
Fugger creó el pueblo con la intención de ofrecer viviendas a los más necesitados a través de su fundación, para esto Jakob ‘El Rico’ creó un fondo de 10.000 florines (moneda de la época) que garantizaba un interés de 500 florines anuales, una cifra que servía para costear los gastos del pueblo.
El costo del arriendo se ha logrado mantener a través de los años gracias a los mismos intereses que sigue generando la cuenta creada por Jakob Fugger, junto a los aportes que siguió realizando la familia Fugger a través de los años.
Fuggerei, llamado así en honor a su generoso fundador, es uno de los proyectos habitacionales más antiguos del mundo, cuenta con 67 casas todas pintadas de amarillo donde habitan hasta 142 residentes.
Además de las viviendas, el pequeño vecindario tiene su propio museo, una vivienda en exposición para los turistas y un búnker que fue construido durante la Segunda Guerra Mundial.
Condiciones para vivir en Fuggerei
Si ya pensabas en hacer las maletas para mudarte allí, es importante que sepas que como todo gran beneficio vivir en Fuggerei tiene sus condiciones, las cuales se respetan desde 1520.
Según el diario español ABC, los habitantes del vecindario deben ser personas alemanas realmente necesitadas, con al menos 2 años viviendo en Augsburgo. Otro requisito es que debes ser católico y rezar tres veces al día.
Astrid Gabler también dijo -de acuerdo a ABC- que cumplir con las reglas del fundador es decisión de cada quien, aunque existen otras circunstancias en las que si se multan a los habitantes.
The Local indica que a las 10 de la noche se cierran las puertas del vecindario y sólo se abren nuevamente a las 5 de la mañana. Quien llegue a altas horas de la noche deberá pagar una multa que va desde los 50 céntimos (392 pesos) a 1 euro (785 pesos).
En el contrato de arriendo se exige que una vez que la persona esté en condiciones económicas de costearse una vivienda, ceda su lugar a otro necesitado.
Una de las habitantes, Ilona Barber, fue entrevistada por la cadena británica BBC. A sus 66 años la pensión que recibe es muy baja, y no le alcanza para pagar la renta en la ciudad.
“Los residentes hacemos trabajos para la comunidad. Yo ahora me encargo de la vigilancia durante la noche”, dijo Barber a BBC Mundo.
Barber saca a pasear todas las mañanas a su vecino Freidrich Fischer de 95 años, que vive en el vecindario desde antes de la Segunda Guerra Mundial.
Un atractivo turístico
La historia de la pequeña comunidad la ha convertido en un interesante atractivo turístico. En promedio, 180.000 turistas visitan anualmente la comunidad pagando 4 euros (3.142 pesos) la entrada, ingresos que también sirven para costear los gastos de mantención del antiguo vecindario.