Desde el resto del mundo, nos hacemos esta pregunta: ¿Por qué Japón es el país con la expectativa de vida más larga del mundo? Según el dato, los hombres japoneses viven hasta los 79 años y las mujeres un poco más de 86, pero esto no siempre fue así: antes de la Segunda Guerra Mundial, Japón tenía una de las expectativas de vida más bajas del registro.
Lo anterior, entonces, sugiere algo: no es genético lo que determina la longevidad nipona. Esta se explicaría en números como este: cada japonés va, en promedio, 12 veces al año al médico. El sitio web Tofugu.com se dio la tarea de responder la interrogante acudiendo a los rasgos socioculturales que marcan la vida de los habitantes del “gigante asiático”, con el fin de determinar premisas aplicables a nuestra vida occidental.
La dieta
Los alimentos son determinantes en su longevidad. Los han ayudado, por ejemplo, a esquivar enfermedades cardíacas y sentirse vitales en una rutina disciplinada. En ese ítem, varios aspectos destacan.
Pescados y carnes rojas. Los japoneses no comen tanta carne roja como en Sudamérica o Estados Unidos. Esta contiene mucho más colesterol que los pescados (grupo clave en la pirámide alimenticia de Japón), lo que se traduce en niveles bajos de colesterol y una alta ingesta de aceites.

Menos leche, mantequilla y productos lácteos. Según Tofugu, la mayoría de los japoneses son intolerantes a la lactosa. En su rutina, no consumen en demasía productos lácteos, que en sus versiones “enteras” muchas veces portan altos niveles de grasa y colesterol.
Arroz. Por otro lado, el arroz destaca como una rica fuente de nutrientes para la población nipona, con cepas especiales y características únicas: es bajo en grasa y ayuda a mantener la saciedad a raya. Se consume mucho arroz integral, lo que mejora aún más la dieta antes descrita.
Carne de soya. El tofu y los brotes de soja son, en este contexto, fundamentales para obtener proteínas, reducir las enfermedades cardíacas y combatir la presión arterial. Los productos de soya son realmente saludables y una alternativa viable para sustituir la carne y la leche.
Té. Los japoneses beben toneladas de té, versus los litros de café que, por ejemplo, se consumen en Norteamérica. Beber té siempre será más saludable que el café, especialmente cuando hablamos de cantidades altas. El té verde, por su parte, es rico en antioxidantes y un aliado natural para el sistema digestivo.
Las algas marinas, las hortalizas y los platos pequeños (con el fin de regular mejor la cantidad de comida), también son aspectos que han ayudado a los japoneses a prolongar su estadía en este planeta.
Caminar
No sólo comen bien: los japoneses también caminan más que la mayoría del mundo. Una gran parte de la población, incluso, recorre la ciudad en bicicleta, programando su ruta muchas veces con ayuda de trenes. Los coches son vistos como lujo: en sus ciudades, es mucho más fácil movilizarse por tren que en auto particular.
Lo anterior arroja un dato: los japoneses pasan gran parte del día de pie. Existen diversos estudios que explican la correlación entre el tiempo que pasamos sentados y la probabilidad de morir antes de tiempo. “Si quieres vivir más tiempo, intenta ponerte de pie unas cuantas horas todos los días“, reza el artículo.

El hecho de que parte de la población japonesa defeque en cuclillas también les trae beneficios: esto ayuda al sistema digestivo a evitar hemorroides, rasgo común en países occidentales y casi inexistentes en Asia.
Limpieza
Quizás, Japón sea una de las naciones más limpias del mundo, y la limpieza conduce a la salud. A pesar que el hábito muchas veces parece obsesivo, si usted, por ejemplo, se lava comúnmente las manos y mantiene limpio su espacio de movimiento, esto le ayudará a reducir riesgos innecesarios que podrían afectar su organismo.
La ducha diaria va en esa misma línea: vivir alrededor de gente limpia lo mantendrá saludable y le ayudará a vivir más tiempo.
La familia y el mundo social
En Japón, el hijo más viejo se encarga de cuidar de sus padres cuando envejecen. Aunque esto está cambiando, el detalle todavía es común. La vida familiar se enriquece cuando los abuelos traspasan el conocimiento a sus nietos. Este rasgo psicológico parece fundamental (y es incluso motivacional) para los ancianos: los insta a vivir más tiempo y a disfrutar en familia. Además, suelen ayudar en las tareas domésticas, lo que los mantiene activos y en movimiento.

Salir, beber y socializar, siempre con moderación cuando de alcohol hablamos, son acciones que mantienen al individuo partícipe de procesos que lo ayudan a vivir más tiempo. Cuando se trata de negocios, en Japón se estila que los empleados salgan y socialicen fuera de la oficina. Esto quita tiempo de sueño, sí, pero socializar es determinante para la salud psicológica.