Jane Austen es una de las escritoras británicas más destacadas de todos los tiempos. Nacida en 1775, vivió en una época en que las mujeres en el Reino Unido, así como en la mayor parte del mundo, no tenían muchos derechos, y lo único que se esperaba de ellas era que se casaran, se dedicaran a criar niños, a ‘obedecer’ a sus maridos y que éstos las mantuvieran económicamente.
Por ello es que siempre ha llamado poderosamente la atención que Austen nunca se casara. Al contrario de lo que hacían las otras mujeres en su época, Jane se mantuvo soltera y dedicó sus 41 años de vida a su carrera como escritora.
Algunas de las teorías que se han planteado anteriormente para explicar la decisión de Jane de no casarse, incluyen que podría haber sido lesbiana o que incluso podría haber mantenido una relación incestuosa con su hermana mayor, Cassandra, quien tampoco nunca se casó.
No obstante, estas dos teorías han sido descartadas como poco probables por David Lassman, un escritor y guionista que se ha dedicado por años a estudiar de manera profesional la vida y obra de Jane Austen, quien en un ensayo que escribió para la revista de la BBC History Magazine explicó que tanto Jane como Cassandra en un momento estuvieron comprometidas para casarse con hombres, y que otros rumores sobre las hermanas -como que habrían compartido cama en su juventud- han sido probados como falsos por académicos.
En el caso de Cassandra, su prometido murió y nunca volvió a comprometerse. Por su parte, Jane aceptó la propuesta de matrimonio que le hizo Harris Bigg-Wither, pero se arrepintió al día siguiente y terminó de inmediato el compromiso.
Junto a esto, es conocido que Jane tuvo otro primer amor: Tom Lefroy, quien habría esperado que se le declarara, pero al final el romance no llegó a nada.
Entonces, aquí es donde surge la teoría de Lassman, respecto a cuál sería la “verdadera razón” por la cual Jane nunca se casó.
Jane se “casó” con su carrera como escritora
De acuerdo al experto, no fue por su sexualidad, sino que “fue porque ella ya había desarrollado una relación profunda y a largo plazo con su arte -la escritura-, y creía que era muy probable que cualquier caballero con el cual se casara, insistiría en que su trabajo artístico cesara de inmediato”.
En su teoría, Lassman explica que, como ya mencionamos, a finales del siglo XVIII y principios del XIX era ‘mal visto’ que una mujer trabajara, pues las mujeres sólo debían ser ‘dueñas de casa’. Por lo mismo, si Jane se hubiese casado, su esposo habría esperado que ella cumpliera su rol como mujer y no habría permitido que siguiera con su carrera profesional.
Además, el hecho de tener que hacerse cargo de un hogar, una familia, criar niños, obedecer a su esposo, etc., habrían provocado que no tuviese tanto tiempo disponible para escribir, lo que al final habría causado que tuviese que abandonar su carrera del todo.
Por lo menos, en el caso de Bigg-Wither se cree que no habría permitido que ella siguiera escribiendo, pues su familia era más tradicional. Dicha unión podría haber traído una seguridad financiera para Jane y su hermana soltera, lo cual podría haberla llevado a aceptar su propuesta en primer lugar, pero al final prefirió conservar su libertad.
Otra explicación para su arrepentimiento es que en realidad no estaba enamorada de Lassman, y que quería casarse por amor y no por dinero. Puede haber sido una de estas razones, o tal vez ambas, las que la llevaron a rechazar a su pretendiente.
Esta teoría también presentaría a Jane Austen como una mujer de carácter fuerte y con pensamiento feminista, algo muy poco común en su tiempo.
“Al no casarse, Jane se permitió a sí misma tener el tiempo y espacio para desarrollar su talento, sin obstáculos como labores domésticas y obligaciones conyugales. Sacrificó seguridad financiera y felicidad matrimonial para poder mantener su libertad para escribir y convertirse en una verdadera artista”, recalca el experto.