El 7 de julio de 2009, mediante un Decreto firmado por la presidenta Michelle Bachelet, se estableció el 6 de agosto de cada año como el Día Nacional de la Miel.
La fecha busca difundir las bondades de su consumo y los productos derivados de la colmena que contribuyen a una buena alimentación y benefician la salud.
La miel es conocida por sus propiedades antibacteriales, antifúngicas y antivirales, por lo que se convierte en una muy buena aliado para enfrentar las enfermedades de invierno y fortalecer nuestro sistema inmune ante un posible contagio de COVID-19.
En Chile, la producción de miel con atributos biológicos ocurre principalmente a partir de especies melíferas del bosque nativo.
La mayor parte de la producción nacional (90%) es exportada a los mercados de la Unión Europea y Estados Unidos, constituyéndose como el principal producto pecuario primario exportado por Chile.
En el país existen más de 985 mil colmenas, de acuerdo con el Sistema de Información Pecuaria Oficial (SIPEC), que es dependiente del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), las que se encuentran principalmente distribuidas entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos.
La vida saludable y la nutrición en base a alimentos funcionales ofrece grandes ventajas en el fortalecimiento de un sistema inmune capaz de enfrentar de mejor manera la presencia de enfermedades estacionales habituales y/o emergentes.
“La miel es un producto natural y de larga duración que posee un sinnúmero de propiedades bioquímicas y bioestimulantes que nos pueden ayudar a enfrentar de mejor manera algunos de los efectos asociados a los síntomas del Covid-19”, comenta el Dr. Enrique Mejías, director de Abeille Consultores e investigador de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN).
Según el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), 100 gramos de miel aportan un total de 306 calorías aproximadamente, lo que la convierte en una gran fuente de energía, y sus propiedades ayudan incluso al funcionamiento cardiovascular y cerebral.
Miel adulterada
El sabor, aroma y valor nutricional de este producto, que resulta del trabajo de millones de abejas en todo el mundo, es valorado y respetado por muchas personas.
Sin embargo, también estamos frente a un hecho que resulta devastador para la industria: la adulteración de la miel.
Es necesario tener en cuenta que para producir una cucharada de miel se requiere el trabajo intenso de al menos 10 abejas que dedican completamente su vida productiva para tales fines, de ahí el gran valor de la autenticidad de este noble producto.
Para esto, Mejías entrega algunos consejos para identificar la miel auténtica.
“La miel tiene un olor característico, como el de las flores, que se pierde cuando es adulterada. Tal adulteración es la mezcla del azúcar artificial con otros ingredientes artificiales”, explicó.
Por último, el experto señaló que “también debemos fijarnos en el precio, pues siempre una miel adulterada costará mucho menos que una original. En invierno tiende a cristalizarse y por ningún motivo debe disolverse fácilmente en el agua”.