Por años se ha vinculado el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) a niños altamente inquietos, con dificultades para concentrarse, desorganizados y desatentos. No obstante, durante un largo tiempo los especialistas han destacado que esta alteración del comportamiento también está presente en adultos.
Se trataría de una escala más “laboral” en lo que se refiere al TDAH, en donde las personas mayores tendrían inconvenientes para organizar su vida, establecer prioridades, manejar el tiempo, completar los trabajos en las fechas adecuadas, y cometer errores por descuido
El neurólogo de Clínica Las Condes, Patricio Ruedi, pone el énfasis de que muchas veces este trastorno no es diagnosticado a tiempo durante la niñez o adolescencia, por lo que sigue una línea lógica hacia la adultez.
“La característica esencial de este síndrome es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad. Esto es una condición que se manifiesta a lo largo de la vida, afectando a niños, adolescentes y adultos de todas las edades”, sostiene.
“Además, existe un fuerte componente genético en la predisposición a desarrollarlo. En definitiva, el déficit atencional es un trastorno que se tiene desde niño y que puede pasar inadvertido por muchos años”, agrega.
Para Rudi, el escenario donde esto queda de manifiesto en su totalidad es en el mundo del trabajo. Si bien el TDAH no implica un rendimiento más bajo en las personas que lo tienen, sí tiene relación en cómo ellas se adaptan a diferentes entornos.
En opinión del profesional esta situación les demanda un gasto de energía adicional, por lo que no es raro ver profesionales entre 30 y 40 años que están cansados, son altamente “dispersos” o que bajan su rendimiento con el paso del tiempo.
“Cuando esto sucede, comienza el problema: sienten que el resto rinde más que ellos, que los otros son mejores y más capaces y vienen las dificultades con la autoestima”, analiza.
“Lo más probable es que ellos hayan vivido toda su vida sin un diagnóstico de déficit atencional y, por lo tanto, nunca hayan sido tratados”, añade.
Para el profesional, identificar el TDAH es complejo aunque pueden existir claves: hay casos de personas que en el colegio tuvieron rendimientos regulares, pero se transformaron en profesionales exitosos; o al revés, aquellos que tenían grandes promedios en la educación media y no traspasaron eso a la universidad.
“El punto es estar atento a las disociaciones entre los logros de una persona y sus capacidades”, enfatiza.
Tratamiento
María Isabel Behrens, neuróloga de Clínica Alemana, expone que el TDAH se manifiesta de tres formas: predominio inatención, predominio hiperactividad/impulsividad o mixto.
Asi, indica, esta personas pueden cometer errores por falta de cuidado, no pueden prestar atención de forma sostenida y suelen olvidar y perder cosas con frecuencia.
“Muchos adultos con déficit atencional han escogido profesiones en que necesitan estar en movimiento, evitando largas horas inmóviles en un escritorio, usan agendas para no olvidar las tareas, pero muchas veces deben lidiar con su tendencia a dejar las cosas sin terminar, su mal manejo de los tiempos, su predisposición a cambiar de rumbo con frecuencia y predilección por actividades temerarias”, indica.
Por otro lado, Behrens sostiene que el tratamiento de este trastorno combina terapia con pequeñas dosis de fármacos, al igual que en los niños.
El objetivo, subraya Rudi, va más allá de mejorar el rendimiento de las personas en sus trabajos, ya que la clave es que ellas fomenten mejores relaciones con su entorno y sean favorecidos con su nueva calidad de vida.
“La primera etapa del tratamiento es reconocer los síntomas y entender por qué ocurren. De esa manera, los pacientes y sus familias podrán hacer cambios en las rutinas diarias para funcionar mejor. También es importante disminuir la carga de trabajo y el no realizar demasiadas cosas sin priorizar ni asumir que el tiempo es limitado. Organizar, planificar y evitar el exceso de estímulos ayuda a mantenerse concentrado y a terminar las cosas que se empiezan. Además, es fundamental evitar las rutinas largas que aburran y hacer del estudio y/o el trabajo algo motivante y desafiante en el día a día”, indica Rudi.
“Es clave que los medicamentos sean recetados por un especialista ya que muchos pueden ser contraproducentes con patologías preexistentes en los pacientes. Por otra parte, jamás se debe tomar lo que le aconseja un amigo o lo que se le indicó al hijo por la misma condición. Los tratamientos son individuales y específicos”, agrega.
Por último, Behrens deja en claro que los tratamientos son indefinidos y dependen de la “exigencia cognitiva que tenga cada persona”.