La llegada del coronavirus y las recomendaciones de sanitización han tenido un efecto colateral: se han registrado un 64% más de accidentes con cloro y otros desinfectantes que durante 2019.
El afán de prevenir el contagio con este y otros productos puede llevar a exponernos peligrosamente a este tipo de problemas, siendo los menores de 12 años la mitad de los afectados.
En conversación con BioBioChile, Laura Borgel, toxicóloga y académica de la Universidad Mayor, confirmó que en el centro de respuestas de la Corporación Rita han recibido y perfilado un aumento “significativo” de las llamadas principalmente por el mal uso de productos asociados a limpieza en general.
“Dentro de ellos está el alcohol, el alcohol gel, hipocloritos, productos de limpieza de piso. Hemos encontrado que el cloro es el de mayor frecuencia y lo tenemos asociado a efectos de tipo irritativo”, detalló en el contacto.
¿Qué es lo que está ocurriendo? Pasa que mucha gente desconoce que tiene que diluir el cloro para poderlo aplicar.
“Hay que considerar que los cloros domésticos que encontramos en los supermercados pueden ir de concentraciones de 4,9% hasta el 2%, entonces no es lo mismo diluir uno que viene concentrado a uno que está ‘como a mitad de camino’, por así decirlo”, complementó.
Además, la especialista agregó que algunas personas incluso piensan que, para que sea más efectivo, tienen que aplicar el producto en la concentración que viene.
“Cuando tú lo usas tal cual como viene, en el medio ambiente, por el efecto de la temperatura, se libera y se forman porcentajes variables de gas cloro y este, obviamente, causa un efecto irritativo”, advirtió Borgel.
Por otra parte, los equipos con los cuales trabaja la académica han notado que algunas personas creen que el cloro se puede usar sobre algún tipo de desecho con restos orgánicos, como pañuelos con secreciones.
“Lamentablemente, todos los hipocloritos cuando entran en contacto con secreciones bronquiales o con material biológico pierden su efectividad, sea cual sea la concentración que tengan”, detalló.
Es decir, han logrado establecer dos problemas: por un lado hay personas usando mal el cloro, liberando altas concentraciones de gas cloro que irritarán la piel y los ojos; y por otro existe un grupo que lo ocupa mal ya que mezcla desechos con cloro, lo que no sirve y solo genera una “falsa confianza” al respecto.
Sumado a todo lo anterior, Borgel y sus colegas han recibido llamados de personas que, ante la imposibilidad de conseguir cloro doméstico, han adquirido u obtenido el símil usado en piscinas, los que tienen concentraciones iguales o mayores al 10%.
“Por suerte ha ocurrido que han llamado antes porque les llamó la atención y les hemos dicho que no se puede usar, que tiene que ser cloro doméstico”, dijo.
Otros problemas
Pero los problemas al respecto no acaban ahí. Borgel también comentó a nuestro medio que han detectado mal uso de los cloros en forma de gel, los que usualmente se ocupan en baños y para la limpieza de artefactos.
¿Qué ocurre? Al parecer las personas han comenzado a aplicarlo directamente sobre muebles debido a su textura espesa, pero suave.
“Nuevamente tenemos lo mismo: a medida que el producto se empieza a secar por la temperatura ambiente, este empieza a liberar esta forma de gas cloro y eso conlleva inmediatamente a todos los efectos respiratorios que conocemos”, partió la experta.
“Irritación de mucosa nasal, ocular, la generación de tos e incluso cuadro obstructivos que cualquiera que no está con el antecedente (de coronavirus) puede pensar que está empezando con ese cuadro respiratorio sin necesariamente tener una causa infecciosa”, detalló.
Irritación
Consultada sobre nuestro medio acerca de la diferencia entre irritación e intoxicación, Borgel explicó que el primero tiene como centro un compuesto químico, en este caso el cloro, que entra a la clasificación de corrosivo cuando se le tiene en concentraciones superiores al 10%.
“Cuando yo tengo un corrosivo y lo tengo diluido como sería en una concentración menor al 4,9% ya deja de ser corrosivo, porque el efecto menor de la corrosividad en la piel se traduce en irritación”, precisó.
Así, se habla de intoxicación cuando compuestos orgánicos se absorben y metabolizan con un efecto en células a distancia.
No obstante, en el contexto de esta nota también se puede hablar de intoxicación, solo que con efectos locales, como lo que ocurre con los gases corrosivos, ya sea en altas o bajas dosis.
“A más del 10% puedes terminar con una secuela en la córnea si te cae al ojo, pero si se habla de menos del 4,9% eso igual es contacto, porque se volatilizó”, indicó.
En esa línea destacó que el gas cloro es considerado como “especial” ya que no logra acceder a las porciones altas de una habitación cuando se volatiliza, motivo por el cual queda entre el suelo y la nariz. “Por eso lo sentimos más”, dijo.
“Es muy pesado, más pesado que el aire. Entonces lo vas a sentir si lo aplicaste sobre el piso, porque no va a llegar al techo”, agregó.
Recomendaciones
En base a todo lo anterior, Borgel destacó que todos los productos de limpieza mencionados son “tremendamente útiles” no solo para la limpieza, sino que también para la potabilización del agua y el lavado de verduras, aunque advirtió que tienen un efecto relativamente corto. “Por arrastre lo sacas”, señaló.
“Si van a utilizarlo donde haya materia orgánica, tengan claro que el producto se va a desnaturalizar. No va a tener efecto y les va a generar olor y falsa confianza”, afirmó.
“Hay otros productos que tienen la alternativa de ser usados correctamente y que tienen la especificidad de limpieza de superficies”, sostuvo Borgel.
En cuanto a la limpieza de baños, la toxicóloga comentó que sería útil y recomendable que cada vez que un enfermo o sospechoso de algún problema a la salud -como el coronavirus- que no tenga que acudir a un centro asistencial porque su cuadro es leve tire la cadena y aplique producto para sanitizar el excusado.
“Cada día hay más sospechas de contagio por la vía oro fecal”, recordó Borgel.
“Pero rociar cloro donde hay papel con secreciones es perder el tiempo y el efecto. Vamos a tener gas cloro y no habrá sanitización, que es lo que espera en este caso”, recalcó.
“Lo otro importante es recordar que todos los hipocloritos actúan máximo por cuatro horas. Entonces tienen efecto residual corto y hay que ver qué es lo que estoy buscando: para hacer aseo una vez al día en muebles o en el piso tengo que pensar en otros compuestos” o aumentar la frecuencia de aplicación, explicó.
Junto con ello, hizo un llamado a no mezclar los hipocloritos con otros compuestos, ya que el cloro solo se debe usar con agua.
“Si yo lo aplico con alcohol voy a generar doble mecanismo de volatilización. Y además hay temperatura, entonces aumenta todavía más”, sostuvo.
Así fue como pasó a los compuestos para limpieza de piso que son en base a amonios cuaternario.
De mezclarlos con cloro, estos van a formar más gas “y puedo presentar una intoxicación muy severa no solo yo, sino que en todas las personas de la casa”, señaló.
Por ello es que, a modo de prevención, solicitó ocupar estos elementos con ventanas abiertas, a modo que la ventilación arrastre cualquier emanación, por muy pequeña que sea.
“Hoy las personas cuenta con la información del centro al 227771994, 24 horas al día, con atención de profesionales del área de la salud o del medio ambiente, dependiendo de la situación por la que llame, totalmente gratis”, recordó Borgel, quien de paso señaló que la red de información toxicológica está asociada a la Universidad de Chile y su departamento de Medicina Legal.