A muchos les gusta tener la casa ordenada, pero no les atrae la idea de hacerlo, como tampoco desempolvar, limpiar ventanas o deshacerse de cosas en desuso.
Pese a que en Chile no es común, en otros países las “limpiezas de primavera” asoman como la oportunidad ideal para llevar a cabo este tipo de tareas junto con el resto de la comunidad.
Detrás de este término tan inofensivo se esconde la misión de limpiar el departamento o la casa de arriba abajo. No obstante, la psicóloga Sandra Jankovski explica por qué vale la pena “pasar el trapo” regularmente.
Limpieza, una especie de meditación
“Cuando limpiamos, tenemos una meta en mente. Y cuando alcanzamos esa meta, nuestro cerebro libera endorfinas y estamos contentos de haber logrado algo”, señaló Jankovski. Además, se ha demostrado que limpiar reduce el estrés.
En el mejor de los casos, la limpieza se puede convertir en una especie de meditación. “Si la actividad ofrece la mezcla correcta entre exigencia y relajación y se convierte en una rutina, se puede alcanzar un flujo meditativo”, detalló.
De acuerdo con una encuesta del instituto demoscópico inglés YouGov, un 63% de sus encuestados hace una limpieza profunda una vez al año.
Sin embargo, solo un 19% decide hacerlo en primavera. En general, las mujeres limpian más que los hombres: mientras un 84% de ellas dijo hacerlo, entre ellos esa cifra solo alcanzó el 58%.
Los efectos positivos de la limpieza
Diferentes estudios demuestran que vale la pena limpiar nuestras casas o departamentos regularmente.
Investigadores de la Universidad de Londres descubrieron que limpiar como mínimo una vez por semana reduce el riesgo de sufrir una depresión hasta en un 20%.
Investigaciones similares han arrojado que es más fácil concentrarse y ser más productivo en un entorno limpio y ordenado.
“En un hogar arreglado automáticamente nos sentimos más seguros y más a gusto. En cambio, si el departamento está desordenado, esto puede intensificar un sentimiento interno de estrés”, indicó Jankovski.
Indagaciones científicas conducidas en el último tiempo han logrado concluir que solo a un 19% de sus encuestados les gusta limpiar y que a un 35% les genera poca o ninguna alegría.
En el mejor de los casos, la limpieza puede llevar a un estadio meditativo, ya que actividades como arreglar y sobre todo desechar cosas viejas requieren concentración.
El sistema de categorización
Los expertos recomiendan un truco: en lugar de arreglar por cuartos, puede resultar más fácil arreglar por categorías: ropa, libros, papel, recuerdos, etc.
“Se hace una pila con todos los objetos de una categoría, esto nos hace ver cuántas cosas poseemos en realidad”, explicó a la DW la asesora de limpieza Hannah Cesarz.
En Europa, en promedio, una persona posee unas 100 mil cosas.
Después de hacer una pila con todo lo que se tiene, se recomienda tomar cada objeto y reflexionar si ese objeto provoca alegría o si aún es útil.
Si este es el caso, se puede quedar en la casa, de lo contrario, se le agradece y se tira. “El aprecio es un concepto central de este método”, dice Cesarz.
A la mayoría de las personas les cuesta separarse de recuerdos. “Nos quedamos con muchas cosas por motivos de decencia y moral”, señaló Cesarz.
Por ejemplo, cuesta tirar regalos. “En el momento en el que recibimos el regalo, nos generó alegría y, con ello, cumplió su finalidad. Si el objeto ya no nos hace feliz, nos podemos separar de el”, agregó la experta.
Ayuda profesional
En los últimos dos años, se ha vuelto muy popular arreglar y limpiar la casa con ayuda profesional.
Sin embargo, a muchos les cuesta contratar ayuda para una tarea supuestamente fácil.
“El propio hogar es un lugar sagrado. A muchas personas les da pena que otros vean el desorden en su departamento, porque en cierta forma es una mirada a su interior”, dijo Cesarz.
No obstante, arreglar y tirar cosas viejas puede traer beneficios, por ejemplo, puede mejorar la convivencia social.
“Si el quehacer diario solía ser motivo de pelea, será un factor de estrés menos”, añadió.
Además, se puede ahorrar dinero. Si uno se deshace de muchas cosas, comprará menos cosas innecesarias. Y, mientras menos cosas estén esparcidas por la casa, más fácil será limpiar.
Por si esto fuera poco, investigadores de la Universidad de Indiana descubrieron que personas que viven en un entorno arreglado son más activas a nivel psicológico y también están más motivadas a moverse.
A quienes realmente les cueste motivarse para la limpieza, los expertos recomiendan no limpiar todo el departamento o toda la casa, sino que ir por solo una parte y recompensarse por ello.