Consejos para que el trabajo de noche o por turnos no afecte nuestra salud ni vida familiar
Trabajar por turnos es necesario en muchas empresas y servicios que necesitan estar operativos durante la mayor parte de la semana, por lo que no es raro que gran cantidad de personas tengan que laborar con frecuencia en las noches o los fines de semana.
Es muy importante organizar bien un sistema de turnos para que no afecte la salud de los funcionarios, recalca la Organización Internacional del Trabajo (OIT), porque laborar jornadas muy largas y desorganizadas puede traer varias consecuencias.
Algunos de los perjuicios, indica la OIT en un informe, pueden ser “reacciones fisiológicas, tales como mayores niveles de estrés, fatiga y desórdenes del sueño”. También puede potenciar hábitos poco saludables, como fumar, abuso de alcohol, una dieta irregular y falta de ejercicio.
Y no sólo eso, sino que además puede tener efectos sobre la vida familiar. “Por ejemplo, una reciente investigación en Europa ha concluido que las principales condiciones que reducen la compatibilidad entre el trabajo y la familia son las largas horas semanales y las horas ‘atípicas‘ en las tardes, en las noches y en los fines de semana”, remarca.
“Las horas de trabajo atípicas en las tardes, en las noches y en los fines de semana, así como también las impredecibles variaciones, aumentan la posibilidad de que hombres y mujeres tengan conflictos entre el trabajo y la familia”, añade.
Y destaca que “permitir que los individuos ajusten sus horarios de trabajo de forma flexible, para cumplir con obligaciones familiares esenciales, beneficia a los trabajadores y a sus familias, así como también a la sociedad en conjunto”.
Para poder lograr ese equilibrio al trabajar por turnos, la OIT entrega una serie de recomendaciones. Lo primero que aconseja es tener cuidado con la extensión de los turnos: propone limitar su duración hasta un máximo de 12 horas, incluidas las horas extraordinarias, así como un máximo de 6 días consecutivos.
También pide asegurarse de que los trabajadores tengan dos noches completas de sueño al pasar de un turno diurno a uno nocturno, y evitar que tengan que laborar demasiadas noches seguidas.
Otro punto es garantizar un periodo de descanso mínimo de 11 horas entre turnos y no fijar la hora de entrada demasiado temprano, si es durante las mañanas (como a las 06:00 horas, por ejemplo).
De ser posible, igualmente puede ser beneficioso darle a los empleados la posibilidad de elegir entre los turnos disponibles, para que puedan acomodarlos a sus actividades personales, y permitirles determinar la duración de sus pausas para descansar durante la jornada.
En el caso del trabajo nocturno, una temperatura adecuada en la oficina y una iluminación que simule la luz diurna puede contribuir a que los trabajadores estén más alerta y prevenir accidentes, ya que estar activos durante la noche va en contra de nuestro reloj biológico.
Y otro punto importante: la OIT pide proporcionar a los trabajadores nocturnos controles médicos periódico, para que no desarrollen algún problema de salud a partir del horario atípico.
Si quieres conocer más sobre este tema, puedes revisar el informe completo de la OIT aquí.