Cuando llega la hora de enfrentar una entrevista de trabajo, naturalmente aumenta la preocupación e interés por ofrecer respuestas directas y consistentes, con el objetivo de demostrar la mejor faceta de uno mismo.
Sin embargo, no es posible predecir exactamente cuáles serán las interrogantes que realizará el entrevistador; ni tampoco saber cuáles son las respuestas más adecuadas, ya que dependerá del cargo al que esté postulando la persona, de la cultura de la compañía y del estilo de liderazgo de quien será su jefe directo.
Por eso, para gestionar la inquietud que genera este momento es recomendable tener en cuenta que hay cuestionamientos que suelen ser constantes en todos los procesos de selección, porque denotan aspectos muy importantes sobre la personalidad del candidato. Uno de ellos es mencionar los puntos fuertes y débiles, lo que a simple vista parece ser sencillo, pero no lo es porque requiere de un ejercicio de autocrítica bastante profundo.
En este sentido, Jael Ormeño, de la consultora multinacional de Recursos Humanos Randstad, señala que “con respecto a las fortalezas es necesario encontrar el equilibrio para dar una buena impresión al entrevistador. Así, contestar con demasiada humildad puede dejar las habilidades subestimadas y remarcarlas en exceso puede dar la sensación de arrogancia”.
Para resolver esto de la mejor manera, la experta recomienda que el postulante haga una lista de las cosas que hace con mayor facilidad en el trabajo, lo que le ayudará a sacar ideas sobre sus fortalezas. Por otro lado, “recordar que la vida personal también cuenta, es decir, en nuestro día a día podemos observar habilidades que igualmente son puntos fuertes, por lo tanto, indistintamente se pueden extrapolar al contexto laboral”, asegura.
Al momento de contestar cuáles son tus puntos débiles, Jael aconseja comentar al menos uno, ya que hay candidatos que consideran que no tienen ninguno, lo que denota falta de autocrítica. Asimismo, el relevante proyectar las debilidades como potenciales virtudes, porque cuando el reclutador realiza esta interrogante, no solo pretende poner a prueba la honestidad del candidato ni conocer cuáles son sus áreas de mejora; sino que su verdadera intención es saber cómo éste ha hecho frente a los obstáculos que le han surgido en el pasado.
“Todas las personas tienen algunas habilidades menos desarrolladas que otras, pero la manera de enfrentarse a ellas y adoptar medidas para mejorarlas, son indicadores que permiten al entrevistador saber cómo se desenvuelve el postulante ante estas situaciones y conocer su actitud frente a las críticas. De todas maneras, se da por sentado que al pasar a formar parte de una empresa, el candidato necesitará un periodo de aprendizaje para adaptarse al esquema de trabajo y una postura abierta facilita este proceso”, enfatiza.
Para exponer cómo me he sobrepuesto a las dificultades, la ejecutiva entrega algunas claves, como ser honesto y hablar con precaución, debido a que es necesario dar argumentos sólidos.
“En caso de que los hechos denoten una posición resolutiva y una actitud de voluntariedad y superación por parte del candidato, tendrá un efecto positivo; mientas que, por el contrario, si la búsqueda de la solución trajo consigo un problema mayor, puede resultar contraproducente”, explica. También es importante tener claro que no es posible preparar una respuesta exacta, puesto que es posible que el entrevistador note un cambio en relación al resto de la conversación y es preferible ser natural, claro y mantener la coherencia del discurso. Además, “no existen contestaciones mejores que otras, ya que cada empresa tiene una serie de requisitos propios a la hora de elegir a un nuevo integrante del equipo y éstos varían en función del puesto que vaya a desempeñar”.
De la misma forma, es fundamental hacer un análisis de la descripción del puesto para ser selectivo con los puntos bajos y altos que el candidato va a mencionar y “evitar decir que eres demasiado perfeccionista o que trabajas muy duro, debido a que los entrevistadores escuchan respuestas como éstas todo el tiempo, por lo que es mejor centrarse en cómo conseguiste sobreponerte ante un desafío profesional y explicar por qué, gracias a eso ahora eres mejor y dicha experiencia te sirvió para aprender”, recalca.
Saber cómo gestionar estas interrogantes es esencial, ya que “permite que los expertos en selección sepan si tus fortalezas están en línea con las habilidades requeridas para el puesto, si eres consciente y capaz de hablar sobre ti mismo con confianza, encontrar cualidades que te hagan resaltar sobre el resto de candidatos y evaluar tus habilidades de comunicación. Así, el éxito depende de dos aspectos: de la naturalidad y honestidad con la que el postulante responda a estas preguntas y de la intuición necesaria para saber cómo transformar las debilidades en potenciales fortalezas”, finaliza.