Pese a que la sociedad está cada vez más abierta respecto al entendimiento y aceptación de la diversidad sexual, aún queda mucho camino por recorrer sobre la inclusión y reconocimientos de garantías fundamentales como lo son el matrimonio homosexual y la adopción homoparental, por nombrar sólo un par.

En este contexto, cada vez son más las personas homosexuales que se atreven a enfrentar su miedo al rechazo y a los prejuicios, para declarar voluntaria y abiertamente su orientación sexual, dejando atrás una doble vida que muchas veces ni la familia ni los amigos conocía.

No obstante, el hecho que alguien revele este aspecto de su vida, no siempre es garantía para acallar rumores o evitar preguntas incómodas que ninguna persona con orientación heterosexual acostumbra a responder.

Si bien ‘saliendo del clóset’ puedes caminar más libre y moverte sin presiones en un grupo de amigos cercanos o en tu familia, lamentablemente tendrás que encontrarte con aquellos que más allá de intentar comprender que sólo se trata de un tema de identidad sexual, buscan respuestas a interrogantes que nadie tendría por qué aclarar.

En este contexto, no podemos ignorar que las industrias culturales han hecho lo suyo respecto a la creación de “estereotipos gays” que no hacen más que homogeneizar a millones de personas que lo único que comparten es su orientación sexual.

La imagen del hombre gay y su íntima amiga con la que acostumbra a ir de compras; el eterno amigo confidente dispuesto a escuchar por horas a la amiga insufrible; el gay que se lo pasa en el gimnasio; el ultra preocupado de la ropa; son algunos de los ejemplos que la sociedad maneja gracias a la imagen que el cine, la literatura, la televisión y la publicidad, se han encargado de difundir por décadas.

Sin llegar más lejos, un estudio sobre los estereotipos de género utilizados en la televisión chilena, del Consejo Nacional de Televisión, indicó que las caracterizaciones más comunes suelen ser impulsivas, expresivas e idealistas, además de presentar una personalidad caricaturizada de lo que se entiende por mujer, imitando vestimenta ceñida y gestos feminizados.

Pero lo cierto es que al igual que en el universo heterosexual, NO todos los gays disfrutan de las mismas cosas, como todo el mundo hay intereses compartidos pero éstos no pasan necesariamente por la orientación sexual, aunque así te lo hagan creer, incluso, algunos hombres homosexuales.

Esta realidad ha provocado que durante mucho tiempo algunas personas se sientan con el derecho a resolver este tipo de dudas a través de sus amigos o conocidos gays, argumentando que quieren derribar la imagen estereotipada de los homosexuales con la que han convivido toda su vida. Porque claro ¿para qué leer si puedes incomodar a tu amigo gay?

Es por lo anterior que a través de una recopilación de diversos blogs, te presentamos una especie de ‘guía útil’ para que, si estás en el lugar de aquel o aquella heterosexual que tiene dudas o comentarios respecto al tema, EVITES hacerlas y busques información en otros medios, pues además de ser incómodas e innecesarias, muchas veces pueden terminar siendo ofensivas aún cuando tus intenciones sean nobles. Y es que el derecho a la privacidad es transversal ¿no crees?

1) “Nunca hubiese pensado que eres gay…no se te nota”

Muchas personas creen que al decir esto están diciendo un piropo, pero la verdad es que es un insulto. La otra alternativa a esta popular frase es: “pero no pareces como un gay de verdad”.

Y es que si te detienes a pensar unos segundos antes de lanzar este incómodo comentario, de seguro te darás cuenta que los gays, al igual que todas las personas del mundo, vienen en diversas “formas, tamaños y colores”.

No hay necesidad de lanzar esta frase cuando alguien te conversa abiertamente sobre su orientación, y menos recurrir al “yo sabía”, pues no es más que una frase condescendiente que puede tener feas consecuencias. Simplemente si tu amigo o compañero de trabajo te confía su orientación, solo agradécele la honestidad y el compartir contigo su intimidad, y lleva la conversación hacia un lugar donde los juicios no sean necesarios.

CC0 License | Pexels
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2) “¿En serio? deberías conocer a mi otro amigo gay, podrían salir

Esta también es una frase muy recurrente. Muchas personas creen que por el simple hecho de que una persona se identifica como homosexual, automáticamente le van a gustar todos los hombres o mujeres homosexuales que existen en el mundo. Como si sólo pudieran relacionarse a partir de su identidad sexual.

El tema es que una persona gay tiene el mismo derecho a decidir que una heterosexual. La libertad de escoger con quien se involucra es algo que solo le compete a él y que responde a múltiples variables, al igual que todo en la vida.

3) “¿Quién es la mujer de la relación?

Esta pregunta no requiere tanta explicación, simplemente cabe preguntarse ¿por qué los heterosexuales sienten la necesidad de aplicar roles de géneros heteronormativos (que ya son arcaicos y cuestionados) a las relaciones homosexuales? Partamos de la base que una relación de dos hombres gays se caracteriza porque existe atracción sexual entre dos hombres gays ¿Muy difícil?

4) “¿Y cómo fue cuando ‘saliste del clóset’?

Si bien esta pregunta puede ser con total buena intención o incluso inocente, puede tener ciertos riesgos. Y es que quizá para muchos reconocer su orientación sexual abiertamente nunca fue un problema y consiguieron rápidamente el apoyo de sus amigos y familiares, sin embargo, existe un alto número de homosexuales para los que este evento fue más bien traumático y no quisieran por nada del mundo recordarlo. Cuando las cosas salen mal, suele ser un proceso doloroso, muchos sufren abandono de su entorno e deben reconstruir su vida desde cero. Por lo mismo, cuando la confianza no es tal, a veces es mejor no preguntar.

5) “¡Amo a los gays! ¿Seamos amigos?

¿En serio, sólo por ser gay? Esta frase aplica principalmente a las mujeres, para las que también cabe realizarles una pregunta que de seguro les quedará dando vuelta. ¿Te encantan los hombres gays o en realidad te gusta la idea estereotipada que se ha vendido por años, del amigo gay que te acompañará de compras al mall y te dará consejos de ropa y amor? El hecho de que una persona sea gay no es suficiente razón para que quieras ser su amigo ¿no te parece?

Glee
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6) “Tú eres gay así que ayúdame ¿qué me pongo?

Al igual que la anterior, esto no es más que un estereotipo reforzado desde diversas industrias. Y es que aunque te cueste creerlo, NO todos los gays son expertos en moda, tendencias y buen gusto, hay quienes incluso ni siquiera les importa si están o no vestidos “a la moda”, por lo que es mejor preguntar si realmente la persona está interesada en esos temas antes de pedir ayuda.

7) “¿Estás seguro que eres gay? ¿Saliste alguna vez con una mujer?

¿Estás seguro que eres heterosexual? ¿Probaste alguna vez con un hombre? Es lo que se podría contestar a este tipo de preguntas, sin embargo, puede sonar igual de agresivo. Si bien muchas personas homosexuales experimentan con el sexo opuesto a lo largo de su vida, como un proceso de autodescubrimiento (y que tampoco es exclusivo de gays), lo cierto es que no todos han vivido esa realidad y tampoco lo necesitan porque están seguros de su orientación.

8) “¿No te dan ganas de ser mujer?

Ok. Primero hay que entender que la orientación sexual NO es lo mismo que la identidad de género. Y no porque un hombre sienta una atracción emocional y/o sexual hacia otro, quiere decir que se sienta o quiera ser una mujer. Son cosas totalmente diferentes. Y aunque así fuera, ¿por qué preguntarlo?

9) “No tengo problemas con los gays pero no entiendo por qué tienen que ser tan ‘locas’“.

Tal como reza el dicho: “Hay de todo en la viña del señor”. Esta frase es un clásico para aquellos que tienen la heteronorma tatuada en la frente y no comprenden que pueden existir diversas expresiones más allá del supuesto rol social que debe cumplir el género masculino y que va de la mano con el machismo y sus normas de comportamiento patriarcales. En ese sentido se entiende que sea un tema importante para algunos hombres, pero si llegan al punto de comentarlo o preguntarlo, es porque simplemente no tienen ganas de entender realmente lo que sucede, así que no te desgastes en explicarlo.

CC0 License | Pexels
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10) “¿En serio es gay? ¡Ay, qué desperdicio! A mí que me gustaba tanto

¿Qué es lo que cambia en una persona cuando se sabe que tiene orientación homosexual? Esta frase es lejos una de las más cómicas y es dicha principalmente por mujeres. Un ejemplo claro fue lo que ocurrió con Ricky Martin, luego que el cantante ‘saliera del clóset’, pues si bien hubo muchas fanáticas que lo apoyaron, otras simplemente se entristecieron con la noticia y aseguraron que ya habían perdido toda oportunidad…¿En serio?.

Se entiende que quizá la fantasía puede verse un tanto dañada, pero de ahí a decir que es “un desperdicio”, resulta bastante ofensivo para un homosexual, pues la comparación no es más ni menos que con basura.

¿Cómo entender y apoyar a un hijo cuando decide ‘salir del clóset’

De acuerdo a la psicóloga española Claudia Alberto Fermanelli, la intolerancia aún presente en la población conlleva a que “muchos jóvenes sigan sufriendo en silencio, por miedo a que si hablan de sus sentimientos puedan ser rechazados por la familia, los amigos y la sociedad”, sin embargo, cuando deciden dar este gran paso, es necesario tomarse un tiempo para comprender la valentía de este acto, aunque muchas veces como padres, no se esté preparado para aceptar la tendencia sexual de los hijos.

La homosexualidad no es una enfermedad, por lo tanto, no hay factores causales a detectar”, enfatiza la especialista, añadiendo que “aún así, a las familias les cuesta admitir que un hijo, tanto sea varón como mujer, sea homosexual”.

En este contexto, la experta entrega algunas claves para comprender y apoyar a tu hijo en este difícil camino y convertir la situación en un proceso en el que puedan participar ambas partes.

Alberto Fermanelli, recomienda tomarse un tiempo, aceptando y reconociendo ante el hijo homosexual que es una situación de crisis para la familia, por lo que es necesario tiempo para su aceptación; No enojarse con él/, pues no ha provocado nada a propósito sino que simplemente no puede evitarlo; No buscar culpables, porque no hay causas ni factores desencadenantes para la homosexualidad;
Informarse, para evitar ideas distorsionadas que se tienen sobre el tema debido a su desconocimiento; No tratar de cambiarlo, esto porque resulta inútil cambiar la conducta sexual de tu hijo pues no es algo que se elija o decida, simplemente es; Olvidarse del ‘qué dirán’, no hay que temer enfrentarse a la sociedad con esta noticia, si bien culturalmente se sigue relacionando la homosexualidad con aspectos negativos como vergüenza, enfermedades sexuales u hostigamiento social, ello no debe ser motivo de preocupación si tiene claro su postura ante este tema y la respeta como una identidad sexual más y perteneciente al ámbito privado de las personas.