Un perro trae alegría y amor a las casas: su amor incondicional puede, incluso, mejorar un mal día de sus humanos. Esto, según diversos estudios científicos, se debe a múltiples factores biológicos que hacen que ellos sean una fuente de bienestar.
En esa línea, se ha descubierto que tener un perro puede ayudar a prevenir y combatir diversas enfermedades, además de llevar alegría, mejorar la autoestima y aumentar el sentido de la responsabilidad.
El perro es una fuente de felicidad
Los perros pueden generar oxitocina, serotonina y dopamina, hormonas de la felicidad que disminuyen el estrés y te hacen sentir bien, eso reveló una investigación liderada por el Dr. John-Tyler Binfer, de la Universidad de Columbia Británica Okanagan, en Canadá.
En este, se estudió cómo variaba la salud mental de 284 estudiantes del recinto, antes y después de ser acompañados por un perro. De los alumnos -que fueron divididos en tres grupos- el único equipo que pudo acariciarlos fue el que más beneficios consiguió. Sin embargo, todos tuvieron contacto con esos animales, lo que se tradujo en una mejora de la salud general.
El informe señaló que, además de mejorar el estado emocional de las personas -ya que se produce serotonina, neurotransmisor que aumenta la sensación de felicidad- podría proteger el sistema cardiovascular, mediante la baja de presión arterial.
Así, se ha comprobado que estar cerca de una mascota puede incrementar el buen humor y disminuye síntomas de ansiedad y depresión, generando buenos resultados fisiológicos y psicológicos a corto plazo. Además, ayudan a evitar sentimientos de soledad.
Remedio para el cuerpo y el corazón
En línea con lo anterior, según investigaciones, se descubrió que la tenencia de un perro ha beneficiado la salud de personas que han sufrido accidentes al corazón o derrame cerebral, teniendo una menor probabilidad de sufrir una muerte a causa de una enfermedad cardiovascular.
La entidad médica, de investigación y educación sin fines de lucro nacida en Minnesota, Clínica Mayo, apuntó a que el perro es también el mejor amigo del corazón. En una publicación, detallaron que -en algunos casos- los dueños de perros tienen más actividad física, mejor alimentación y un nivel ideal para la glucosa sanguínea, lo que podría prevenir y funcionar como tratamiento complementario de padecimientos al sistema cardíaco.
Los peludos, además, ayudan a combatir el sedentarismo, de hecho, se ha descubierto que los dueños que pasean a sus mascotas hacen más de 30 minutos de deporte diario en comparación a las personas que no tienen un compañero.
Tu perro te puede ayudar a conocer nuevas personas
Parte de tener un perro consiste en ciertas responsabilidades. Una de ellas, es llevarlo a pasear a distintos lugares, lo que puede ampliar el círculo social de las personas.
Al salir al parque, a la playa o hacer deporte con un perro, se pueden acercar más perros y personas, lo que puede ser un impulso para socializar, además de llevar una vida más activa, menos rutinaria y llena de una gran variedad de panoramas.
El tener un amigo peludo permite salir de la zona de confort en cada paseo, entregando la posibilidad de socializar con otros amantes de los perros.
Aporte en el desarrollo de los niños
Los perros pueden ser grandes maestros de vida, especialmente para los niños, quienes están en etapa de aprendizaje y desarrollo. Eso se debe a que aumentan el sentido de responsabilidad, entregan compañía y contención y, también, son compañeros de juegos.
Eso, según un ensayo de la Universidad de Lincoln, en Inglaterra, reduce los niveles de cortisol en ellos, lo que disminuye sus niveles de estrés.
En este, se estudió a 149 niños de ocho y nueve años -clasificados en tres grupos- en el Reino Unido. Entre estos grupos, uno tuvo contacto con perros, se les permitió acariciar y jugar por unos minutos.
Los investigadores concluyeron, luego de tomar los niveles de cortisol a través de muestras de saliva, que los niños que tuvieron contacto con perros disminuyeron en mayor medida sus niveles de estrés.
Tener un perro, además de ser beneficioso para los humanos, implica también practicar una tenencia responsable. Es decir, cuidarlos, llevarlos periódicamente a controles en el veterinario, darles cariño y juegos. De esa manera, todo el cariño y beneficios que entregan es retribuido.