Si bien es parte del escudo patrio, y se considera como el ‘Animal Nacional’ en Chile, poco se sabe en nuestro país respecto al huemul y su importancia, la especie actualmente está amenazada y urgen medidas para asegurar su conservación y preservación.
De acuerdo a datos entregados por Conaf, los principales grupos donde puede encontrarse este ciervo son en las zonas cordilleranas de las regiones de Ñuble, Bío Bío, Los Ríos y Los Lagos.
No obstante, las regiones que concentran las colonias más grandes son Aysén y Magallanes, con más de 1.000 ejemplares.
El huemul, al contrario de otros ciervos, es un animal que no suele huir del contacto humano, situación que históricamente lo ha vuelto un blanco accesible para cazadores y depredadores como el puma.
Sin ir más lejos, se estima que el periodo donde más bajó su número fue durante inicios del siglo XX, por la caza indiscriminada para aprovechar su carne y pelaje. En ocasiones incluso su cabeza era utilizada como trofeo.
Si bien el panorama parece desalentador, la Reserva Ecológica Huilo Huilo en la actualidad trabaja en un proyecto de conservación de la especie, el cual tiene como objetivo mantenerlos en semi-cautiverio para, posteriormente, liberarlos a la naturaleza.
Se trata de una iniciativa de capitales privados, la cual apunta a concientizar respecto a la importancia del ciervo nacional y cómo debe ser su cuidado.
El lugar es resguardado y muy pocas personas, ajenas a Huilo Huilo, tienen acceso a él. BioBioChile tuvo la oportunidad de conocer cómo se lleva a cabo la protección de los animales, y todo lo que esto conlleva.
Proyecto de conservación del Huemul
Durante la visita al lugar conversamos con Eduardo Arias, director del Departamento de Vida Silvestre de la Reserva Huilo Huilo, quien explicó cómo funciona el recinto y la misión que éste tiene.
“Esta es una especie ‘paragua’, es decir, si apostamos por la conservación de huemul en el fondo apostamos por la conservación del ecosistema y una diversidad de especies, incluido el hombre. Creemos que el huemul tiene una oportunidad”, expuso.
“En nuestro país hemos visto que uno de los riesgos es que el animal ha perdido su hábitat, su distribución natural se ha visto amenazada por actividades silvoagropecuarias, enfermedades de animales domésticos, presión de perros asilvestrados, pero lo bueno es que esto ya se conoce”, agregó.
Actualmente, dentro de la reserva existen 33 ejemplares, de los cuales algunos viven en semicautiverio, mientras que otros fueron liberados a partir de 2016 a la vida silvestre.
A eso se suma que, en los últimos años, se ha logrado ver que huemules han nacido en su entorno natural.
En este sentido, Arias explicó que los huemules suelen armar grupos familiares matriarcales, donde utilizan el territorio de forma diversa. De esta forma, buscan lugares más bajos en el invierno, mientras que en verano suelen subir hacia zonas más altas.
Junto con esto, el experto relató cómo es el proceso de liberación de los animales hacia su entorno, una vez que llegan a una etapa adulta.
“Tiene que haber un proceso en donde el animal se conoce de principio, se ve su comportamiento en el grupo familiar, hay decisiones técnicas que tomar, se solicita un permiso al ente contralor (SAG), el cual autoriza cuando existe un candidato”, indicó.
“Después se colocan los ejemplares en unos pequeños sub-cierres, donde se le abre la puerta en el mismo lugar donde ellos nacieron, todo eso se conoce como ‘soft-release’. Partimos en 2016 con esa técnica y ha dado buenos resultados”, agregó.
El cuidado del lugar es llevado a cabo por guardaparques, quienes aseguran que la supervisión de los animales debe ser 24/7. Una de ellos es Patricio Melo, quien lleva poco más de un año en funciones.
“Usamos telemetría para poder observar a los ejemplares que están en la vida silvestre, mediante tecnología podemos apreciar su distancia y nos dirige hacia ellos. Con esto podemos acercarnos a ellos y notar como se encuentran”, detalló.
Asimismo, el funcionario aseguró que, lamentablemente, al día de hoy el hombre sigue representando uno de los principales riesgos para la especie.
“Su depredador más directo es el puma, el cual es capaz de mimetizarse en la naturaleza. No obstante, los perros cazan por el olfato y también suelen ponerlos en riesgo. A grandes rasgos sus mayores depredadores siguen siendo los perros y humanos, ya sea por la caza furtiva o actividades similares”, concluyó.