De acuerdo a la Estimación de la Población Canina y Felina del País realizada por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo y la Pontificia Universidad Católica de Chile; de las viviendas encuestadas, el 41% reportó ser dueño de al menos un gato.
Estas cifras demuestran que no son pocas las personas que han sumado como un integrante más de la familia a un gato y esto trae consigo varias responsabilidades. Una de las principales es preocuparse de su salud, lo que conlleva tener sus vacunas al día, visitas veterinarias y estar atento a su estado permanente de bienestar.
Las enfermedades virales en gatos son muy comunes y altamente contagiosas. Afectan el sistema inmune, por lo que son la principal causa de morbilidad y mortalidad en los gatos actualmente. La leucemia felina es una enfermedad viral generada por un retrovirus que afecta a gatos domésticos y silvestres. Estos retrovirus generan una infección persistente.
Susana Salas, veterinaria de Gabrica señaló a BioBioChile que las manifestaciones clínicas de esta enfermedad se dividen en 2 grandes grupos: “las neoplásicas y las no neoplásicas, siendo esta última la más frecuente, en alrededor de un 70% de casos. Las manifestaciones neoplásicas se manifiestan con linfoma en alrededor del 30% de los gatos infectados, y puede contribuir a otras enfermedades infecciosas o producir anemia, disminución de las células del sistema inmune y enfermedades crónicas inespecíficas”.
Síntomas de la Leucemia Felina
Los signos clínicos que suelen manifestar los gatos son muy diversos, por eso la especialista recomienda que si se observa alguno de ellos es importante acudir lo antes posible donde un especialista.
Los signos más comunes son:
• Falta de apetito.
• Pérdida de peso progresiva.
• Pelo en malas condiciones.
• Ganglios aumentados de tamaño.
• Fiebre persistente.
• Encías pálidas.
• Infección urinaria o respiratoria.
• Diarrea persistente.
• Convulsiones.
Desarrollo del virus
La especialista indica que el virus de la leucemia felina afecta al organismo de diferentes formas.
“Por un lado, es la principal causa de cáncer en gatos y también puede dar lugar a un estado de inmunodeficiencia que altera la capacidad del sistema inmune de protegerse contra otras infecciones”, indica Salas.
La especialista añade que “por esta razón, bacterias, virus, parásitos y hongos que normalmente no causarían mayor problema en un gato sano, pueden causar enfermedades serias en uno contagiado. Estas consecuencias secundarias son las responsables de muchas de las enfermedades asociadas con este virus. Además, no todos los gatos infectados se enferman o exteriorizan síntomas contagiando a otros felinos”.
Esta dolencia también es conocida como “la enfermedad de los gatos amistosos o sociables”, debido a su tipo de contagio, que es por contacto directo de secreciones nasales. Esto puede suceder al compartir el mismo plato de comida, al acicalarse o lamerse entre gatos infectados e incluso peleas donde existen mordeduras. Debido a esto, los más expuestos son gatos que conviven con otros ya enfermos, aquellos que tienen acceso al exterior y los nacidos de gatas infectadas.
Susana Salas, de Gabrica, indica que este virus se encuentra en todo el mundo.
“Sin embargo, Chile posee una de las más altas tasas de infección y esto se debe a que existen un alto porcentaje de pacientes positivos que son asintomáticos, los que sirven de reservorio y contagian el virus masivamente. Anualmente, en consulta, se puede diagnosticar un 30% de gatos positivos al virus y que cursan con los síntomas, y un 20% son positivos, que tienen el virus, pero que están clínicamente sanos”, enfatiza.
La leucemia felina consta de diferentes fases: la primera es de viremia, donde el virus ingresa al torrente sanguíneo, se expande por el cuerpo y comienzan los primeros signos de la enfermedad; la segunda es la asintomática, donde disminuyen los signos de la enfermedad, pero la infección avanza y se deteriora rápidamente el animal; y la tercera es la inmunodeficiencia, el deterioro del organismo por la expansión del virus ya afecta al sistema inmune.
Tratamiento y prevención de la Leucemia Felina
De acuerdo a las estadísticas, los gatos que contraen la enfermedad logran sobrevivir con ella de 2 a 3 años. No existe cura para esta dolencia, solo un tratamiento paliativo con antibióticos, alimentación de alta calidad y el cuidado de no exponer al animal a posibles enfermedades, por lo que se recomienda mantenerlo con tenencia indoor (al interior de la casa).
La especialista indica que la mayor secuela de la enfermedad es que afecta al sistema inmune, las células de defensa del cuerpo, por lo que luego de infectarse -e incluso posterior al tratamiento- el gato queda expuesto a cualquier infección común que podría causarle la muerte.
“En general, este tipo de patologías no tiene tratamiento curativo, solo sintomático, que consta de diferentes protocolos según la sintomatología, que van desde inmunoterapia, drogas antivirales, quimioterapia hasta drogas inmunoestimulantes, como interferón alfa y omega”, dice.
Una de las principales maneras de prevenir la enfermedad es vacunando al gato contra la leucemia felina. Previo a eso, la mascota debe realizarse el test que indica que no se cuenta con proteínas virales en la sangre, para luego acceder a la inoculación.
“Es recomendable iniciar la vacunación a las 12 semanas de vida y repetir a las 16 semanas, después de la primera inoculación y, por último, una tercera dosis a las 24 a 26 semanas después de la última vacuna”, agrega la especialista Susana Salas.
Sumado a esto, Salas recomienda a los poseedores de mascotas que son varios los cuidados, a lo que se compromete al momento de adoptar a una mascota: “primero, vacunar a los gatos desde temprana edad; mantenerlos en lo posible dentro de la casa, para evitar contacto con otros animales que no se conoce su historial médico; realizar esterilización y mantener una profilaxis de manera anual”.
La leucemia felina suele confundirse con el SIDA en gatos, ya que ambos forman parte de la misma familia de virus.
La veterinaria explica que, aunque tienen semejanzas, son genética y estructuralmente diferentes. “Presentan algunas similitudes en la presentación clínica, debido a que ambas generan inmunosupresión y pueden llegar a causar falla multisistémica del paciente”, explica.