El primer ministro de Corea del Sur, Kim Boo-kyum, anunció hoy la creación de un comité mixto de cara a establecer “un consenso social” sobre la necesidad o no de prohibir el tradicional consumo de carne de perro en el país asiático.
“La controversia en torno a la carne de perro no es nueva y ha persistido durante más de 30 años desde los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988”, ha dicho Kim.
Para no empañar la imagen exterior del país De cara a la celebración de aquellos Juegos Olímpicos, el Gobierno surcoreano prohibió en los ochenta vender carne de perro en el centro de Seúl.
Infinidad de organizaciones han pedido desde entonces que el Gobierno prohíba su venta y consumo, el cual se ha reducido mucho en las últimas dos décadas.
La reunión celebrada hoy en Seúl llega después de que el presidente surcoreano, Moon Jae-in, un conocido amante de los perros, comentara en un encuentro con Kim en septiembre la necesidad “estudiar cuidadosamente la posibilidad de prohibir el consumo de carne de perro”.
“Ante el fuerte aumento en el número de hogares con mascotas y el creciente interés público en los derechos y el bienestar de los animales, estamos viendo un creciente llamamiento para dejar de considerar el consumo de carne de perro como parte de una cultura alimentaria tradicional”, añadió Kim en la reunión de hoy.
La actual ley de protección animal surcoreana busca prevenir la crueldad en la cría y sacrificio de perros, pero no prohíbe su consumo.
Las actuales posturas en el país acerca de esta situación parecen muy encontradas, con una encuesta reciente apuntando a que un 48,9 % de los surcoreanos está en contra de prohibir su consumo frente a un 38,6 % que sí lo está.
A su vez, sondeos de años anteriores muestran que más de un 80 % de los surcoreanos nunca ha probado la carne de perro y no tiene intención de hacerlo, al tiempo que la mayoría de los grandes mercados de este tipo de carne han cerrado ya y el Gobierno y diversas asociaciones han logrado clausurar muchas granjas y mataderos.