Emma, una hembra de rinoceronte blanco de cinco años que vive en Taiwán, será trasladada pronto a Japón para aparearse allí y ampliar la reserva genética de los animales de su parque.

Será una primicia, ya que Taiwán nunca ha enviado un rinoceronte blanco al extranjero para su cría, de ahí el entusiasmo del personal del Parque Safari Leofoo, en el norte de la isla. “Se eligió a Emma por su personalidad apacible y su pequeño tamaño, que facilitará su transporte al extranjero”, declaró a la AFP Sean Wu, responsable de los animales del parque. “Rara vez se pelea con los otros rinocerontes o roba la comida de los demás”.

Emma | Agencia AFP

Una vez resueltos los trámites administrativos, Emma partirá hacia el zoológico de Tobu, en Saitama, al norte de Tokio, donde la espera “Moran”, un macho de 10 años. Y para preparar su aclimatación, el personal del zoo ha empezado a hablarle en japonés cuando hay que decirle “no” o bien llamarla que venga.

“Hemos añadido instrucciones en japonés a nuestros ejercicios diarios para que se adapte más rápidamente cuando llegue”, dice Wu. Incluso se le puso sonidos de motores de aviones y camiones para ayudarla a preparar su viaje.

El traslado estaba previsto inicialmente para marzo, pero no saldrá hasta finales de abril como muy pronto debido a las restricciones relacionadas con el coronavirus en la frontera japonesa.

Un veterinario y uno de los cuidadores del zoológico saldrán dos semanas antes que Emma para terminar la cuarentena a su llegada. Estarán al menos una semana con la rinoceronte en Japón para ayudarla a aclimatarse.

Emma | Agencia AFP

Actualmente hay menos de 19.000 ejemplares de rinoceronte blanco del sur, nativo del continente africano, en todo el mundo, según la organización Save the Rhino.

A finales del siglo XIX casi habían desaparecido, pero los esfuerzos de conservación han aumentado su número. La otra subespecie de rinoceronte blanco, la del Norte, no ha tenido tanta suerte, ya que ahora sólo hay dos individuos, dos hembras.

Los programas de cría en zoológicos han desempeñado un papel crucial para salvar al rinoceronte blanco del sur.