Un hombre de Londres gastó $300 mil en consultas al veterinario para su perro, preocupado por ver que su mascota cojeaba y desconocía el motivo.
El perro es un lurcher, raza inglesa de canes, y su nombre es Bill. Su dueño se enteró gracias a los exámenes que no lo aquejaba ninguna lesión ni dolencia, ya que descubrió que el perro caminaba cojeando para imitarlo, dado que el hombre sí tiene un problema en su pierna, según recogió Mail Online.
“Invertí 300 libras en los veterinarios y en radiografías y no le pasa nada malo. Es simplemente empatía. Lo quiero”, escribió Russell Jones en sus redes sociales, donde recibió muchos mensajes destacando el gesto de su mascota.
Según expertos, el comportamiento de Bill no es algo extraño. Se trata de un sentimiento de empatía que lleva a algunos animales a imitar los comportamientos que observan.
Ciertas especien imitan a sus pares, aunque en el caso de los perros se extiende a copiar lo que hacen las personas, incluso en esta situación donde debe generarle incomodidad al caminar.
Según el citado medio, en 2011 se conocieron las primeras evidencias de imitación por parte de perros a sus dueños gracias a un estudio de la Universidad de Viena.
En dicha investigación, la mitad de los canes analizados vieron en su dueño una “figura líder” de la cual copiaron su comportamiento, les trajera o no alguna recompensa.
Friederike Range, autora principal del estudio aseguró que lo anterior “sugiere que, al igual que los humanos, los perros están sujetos a una ‘imitación automática’: no pueden inhibir la tendencia a imitar el uso de la cabeza y / o el uso de las patas”.