La elefanta asiática Ramba, que pasó décadas actuando en circos sudamericanos, comenzó una nueva vida en un santuario al aire libre en Brasil después de viajar miles de kilómetros en avión y camión desde el Parque Safari de Rancagua.
La tan esperada llegada de Ramba al Santuario de Elefantes de 1.133 hectáreas del estado de Mato Grosso (centro-oeste de Brasil) el viernes por la noche se transmitió en vivo en Facebook y se vio miles de veces.
La elefanta, que se estima que tiene más de 52 años, estuvo en circos de Argentina y Chile antes de ser rescatada por activistas en 2012.
En Chile, el caso generó bastante controversia puesto que el animal estuvo bajo la custodia del reconocido circo de Los Tachuela, donde la justicia confirmó que fue maltratada.
Tuvo abscesos, problemas renales y hepáticos y fue trasladada en avión al aeropuerto internacional de Viracopos, cerca de Sao Paulo, el miércoles, un día antes de que hombres fuertemente armados invadieran la terminal de carga en un audaz atraco.
Luego fue transportada por camión hacia el santuario de Chapada dos Guimaraes, el primero de su tipo en América Latina, inaugurado en 2016 con ayuda del Global Sanctuary for Elephants (GSE), basado en Estados Unidos.
Ramba se une a otras dos elefantes asiáticas, Rana y Maia, también ex “artistas” de circo.
Varios videos del viaje por carretera de Ramba en Brasil fueron publicados en Internet.
Ramba estuvo acompañada por el jefe del GSE, Scott Blais, así como por un veterinario, voluntarios y agentes de la policía federal brasileña.
“Ramba necesita un lugar tranquilo, donde se sienta segura y no sea exhibida, donde esté rodeada de otros animales de su clase que realmente la entiendan y puedan ayudarla a abrir su corazón por completo”, dijo Blais en un comunicado. “Necesita un refugio“.