Garrapatas y pulgas representan un riesgo de salud para las mascotas, pero también para los miembros de la familia que conviven con ellos, especialmente los niños.
A través de sus mordeduras, estos parásitos pueden inocular micro organismos en el torrente sanguíneo que provoquen hemorragias, fiebre y otros problemas de salud.
“Además de succionar sangre, pulgas y garrapatas pueden traspasar parásitos y bacterias al organismo del animal y del ser humano. Las afecciones se traspasan especialmente a los niños, quienes juegan habitualmente con los animales, por lo que es fundamental tener una acción preventiva. La desparasitación del animal es un factor protector de la salud humana”, explica el médico veterinario Patricio Moreno del laboratorio Drag Pharma.
Entre los efectos en seres humanos, se ha detectado que la garrapata café que infesta a perros y es común en el país, puede morder a seres humanos e inocular la bacteria Ehrlichia. Esta puede provocar síntomas similares a la influenza, como fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, dolores musculares y articulares. Si la enfermedad se agrava, puede requerir antibióticos e incluso hospitalización.
Por su parte las pulgas, tienen en su interior una bacteria llamada Bartonella henselae que se deposita en las uñas del gato. Cuando la mascota rasguña a una persona puede transmitir la “enfermedad del arañazo del gato”. Sus síntomas son fiebre, inflamación de ganglios y decaimiento. Se presenta especialmente en niños y, a veces, en la consulta médica se puede confundir con meningitis.
Garrapata causa cojera
La misma Ehrlichia de la garrapata café, al ser inoculada a través de la mordedura en el torrente sanguíneo del perro puede provocarle micro hemorragias internas a nivel ocular, en encías y en articulaciones que pueden llevar a cojera del can. En algunos casos, puede causar incluso anemia. La enfermedad debe ser tratada con antibióticos.
En perros además es común la alopecia provocada por dermatitis alérgica a la picadura de pulga, cuya saliva tiene sustancias irritantes. Estas alergias son más frecuentes en canes con piel sensible, como los pug y bulldog. De tanto rascarse debido a la picazón, pierden pelo en forma de T en la zona de la cola, donde se instalan frecuentemente los parásitos. En algunos casos, se genera una herida con bacterias y secreción, lo que es más común en Golden retriever, labrador y pastor alemán.
Al igual que el perro, el felino puede sufrir dermatitis alérgica provocada por la picadura de la pulga, ocasionándole caída del pelaje.
En el gato, la picadura de la pulga también puede inocular la enfermedad “micoplasmosis infecciosa felina” (conocida como “anemia infecciosa felina”), que causa hemorragias internas, mucosas amarillas en ojos y encías, inapetencia y decaimiento, pudiendo provocar incluso anemia severa y la muerte.
5 claves para desparasitar a su mascota
Para prevenir estas enfermedades en seres humanos y mascotas, el médico veterinario aconseja:
– No relajarse cuando hay alternados días de frío y calor. Basta algunos días con temperatura sobre los 26 grados para que eclosionen los huevos de pulgas y garrapatas, infestando a las mascotas.
– Cambiar de antiparasitario cada cuatro meses o por lo menos una vez al año, para no provocar tolerancia del parásito al principio activo.
– Desparasitar a las mascotas desde cachorros. En el caso de perros pequeños, se aconsejan los sistemas spray. Para perros sobre 6 meses, se pueden aplicar sistemas spray, pipetas (que tienen mayor concentración de droga antiparasitaria) y baños sanitarios.
– Emplear collares antiparasitarios durante todo el año, pues actúan como sistema de mantención y prolongación del tratamiento contra pulgas y garrapatas.
– Estar atento a posibles reacciones alérgicas al antiparasitario. Son poco frecuentes, pero pueden ocurrir y hay que consultar al médico veterinario.