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Los hongos, también conocidos como moho, pueden pasar desapercibidos en ciertos ambientes húmedos, pero cuando se presentan, lo hacen en diferentes formas y colores. Es importante comprender que cada tipo de moho es distinto y algunos pueden ser perjudiciales para la salud. Por ejemplo, el moho negro, como el Stachybotrys, puede liberar esporas dañinas, mientras que el moho azul, perteneciente al género Penicillium, puede ser tóxico si se ingiere. Por otro lado, el moho amarillo y naranja, como el Stemphylium y Epicoccum, prefieren la luz ultravioleta y pueden causar problemas respiratorios si liberan esporas. Incluso el moho rosado, una bacteria llamada Serratia, puede provocar infecciones en personas inmunodeprimidas. Ante la presencia de moho en el hogar, se recomienda limpiarlo o desecharlo de inmediato, evitando mezclar cloro con otros productos de limpieza y utilizando medidas de protección como mascarilla y guantes. Si el problema es extenso, lo mejor es llamar a especialistas en la materia.
Los hongos, o moho, no siempre son perceptibles a simple vista. A menudo pasan desapercibidos. No obstante, cuando se reúnen ciertas condiciones para su proliferación, es posible encontrarlos en diferentes formas y colores.
A menudo, aparecen en ambientes húmedos, como baños o en alimentos. En ese sentido, es fundamental entender que cada tipo de moho es diferente, y algunos incluso pueden resultar nocivos para la salud.
Lo que debes saber sobre el moho en el hogar según su color
A continuación, puedes revisar qué significa cada tipo de moho, según explicó el experto en mohos de la Universidad Flinders de Australia, Michael Taylor, a The Conversation.
Moho negro: conocido científicamente como Stachybotrys, el “moho negro tóxico”, tiende a aparecer en materiales de construcción que han estado expuestos a la humedad durante tiempos prolongados.

La principal preocupación radica en que este suele liberar esporas, las que a menudo pueden resultar nocivas para la salud, especialmente en grupos vulnerables.

No obstante, el Stachybotrys no es el mismo hongo que el Aureobasidium, que suele aparecer entre las grietas de la losa en el baño.
Moho azul: pertenece al género Penicillium, el mismo hongo que permitió el descubrimiento de la penicilina y la creación del queso azul.

Sin embargo, si lo ves cubriendo una naranja u otro alimento en tu casa, es mejor desecharlo de inmediato, ya que puedes terminar ingiriendo toxinas dañinas para la salud. Y no, contrario a la creencia popular, cortar la parte con moho y salvar el resto no es seguro.
Moho amarillo y naranja: a diferencia de la mayoría de los hongos, que prefieren ambientes húmedos y oscuros, el Stemphylium y el Epicoccum suelen proliferar mejor cuando reciben luz ultravioleta. Si llegan a formar grandes colonias también pueden liberar esporas que causan problemas respiratorios.

“Moho” rosa o rojizo: este en realidad no es un hongo, sino una bacteria llamada Serratia, la cual se alimenta de restos de jabón —líquido o de tocador—. Cuando se acumula en grandes cantidades, puede provocar infecciones urinarias, respiratorias o incluso oculares. Lo anterior, especialmente en personas inmunodeprimidas.

“Cuando notes que el mundo que te rodea cambia de color, podrás maravillarte con tu nuevo conocimiento sobre las maravillas microscópicas que viven vidas complejas junto a las tuyas. Luego, tal vez puedas limpiarlo y lavar el frutero”, sugirió el experto.
¿Cuál es la mejor forma de limpiar el moho?
En efecto, la recomendación siempre es que, de detectar cualquier tipo de moho en algún lugar de tu hogar, lo limpies o deseches inmediatamente. De constatar que el problema abarca grandes zonas de tu hogar, es mejor llamar a especialistas.
De acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, el
moho puede eliminarse de las superficies duras con productos de uso doméstico, como agua y jabón, o una solución de no más de 1 taza de cloro en 1 galón de agua.
Recuerda nunca mezclar cloro con otros productos de limpieza, como amoníaco o vinagre, ya que aquello genera un gas altamente tóxico. Usa siempre una mascarilla para evitar inhalar las esporas y ponte guantes para proteger tus manos.