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Diversos estudios revelan presencia de microplásticos en cerebro, placenta y testículos humanos, además de contaminar el medio ambiente y afectar a animales. Estas diminutas partículas, de menos de 5 mm de diámetro, se generan por la degradación de objetos plásticos o son fabricadas intencionalmente. Se dividen en primarios y secundarios, liberando sustancias químicas tóxicas al medio ambiente y poniendo en riesgo la salud humana al interferir con el sistema hormonal y aumentar el riesgo de cáncer. Es fundamental reducir el uso de plásticos desechables y promover regulaciones que limiten su producción para mitigar este problema global. La Unión Europea ha implementado normativas estrictas al respecto.

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Recientemente, diferentes estudios han concluido que existe presencia de microplásticos en diferentes partes del organismo del ser humano, como cerebro, placenta o testículos, ¿pero qué significa esto, qué peligro tiene para la salud de las personas?

¿Sabes qué son realmente estas partículas, por qué se producen y qué podemos hacer para reducirlas o evitarlas?

Pero no solamente en el organismo de personas se han encontrado cantidades de microplástico, también en el medio ambiente, en botellas que usamos para tomar agua y en animales.

¿Qué rayos son los microplásticos?

Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico, generalmente de menos de 5 milímetros de diámetro, que se encuentran en el medio ambiente y pueden formarse a partir de la degradación de objetos plásticos más grandes o ser fabricadas intencionalmente para productos como cosméticos, exfoliantes y limpiadores industriales.

El gran problema, en el mundo se generan 430 millones de toneladas de este material, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Unep).

Los microplásticos se dividen en dos categorías principales: primarios y secundarios, de acuerdo a la proveniencia y tamaño.

Los microplásticos primarios son aquellos que se fabrican en tamaño pequeño desde el inicio, como las microesferas de polietileno que se encuentran en productos de cuidado personal y los pellets utilizados en la industria del plástico.

Por otro lado, los microplásticos secundarios se generan a partir de la descomposición de productos plásticos más grandes, un proceso que puede tardar años y que ocurre principalmente debido a la exposición al sol, la fricción y la acción de las olas.

A pesar de su reducido tamaño, los microplásticos y su fragmentación continua han emergido como una seria amenaza tanto para el medio ambiente como para la salud humana.

¿Cuál es el impacto ambiental de los microplásticos?

Los microplásticos se han detectado en todos los rincones del planeta: desde las profundidades de los océanos hasta la cima de las montañas, pasando por ríos, suelos e incluso en el aire.

Estos contaminantes son particularmente peligrosos en los ecosistemas marinos, donde se concentran en grandes cantidades.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que cada año ingresan al océano entre 4.8 y 12.7 millones de toneladas de plástico, una parte significativa de la cual termina como microplásticos.

Los millones de partículas que llegan al agua de los océanos y aguas continentales son ingeridos involuntariamente por un gran número de animales acuáticos de valor comercial.

Por su puesto, el siguiente paradero de los microplásticos es el organismo humano. Al ser ingeridos por organismos marinos como peces y mariscos, estos plásticos pueden entrar en la cadena alimentaria y, eventualmente, llegar a nuestros platos.

¿Cómo afectan a la salud humana?

Los microplásticos no solo afectan al medio ambiente; también representan un riesgo directo para la salud humana.

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que los microplásticos han sido encontrados en agua potable, tanto embotellada como del grifo, lo que sugiere que la exposición a estas partículas es prácticamente inevitable.

Los principales riesgos para la salud asociados a las mencionadas micropartículas provienen de las sustancias químicas que estos pueden liberar. Hablamos de aditivos tóxicos, tipo ftalatos y bisfenol A (BPA), que son conocidos disruptores endocrinos.

Estos químicos pueden interferir con el funcionamiento hormonal normal, afectando el desarrollo reproductivo, la función inmunológica y aumentando el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer.

Además, los microplásticos pueden actuar como vectores para otros contaminantes ambientales, como pesticidas y metales pesados, que se adhieren a su superficie y son transportados a lo largo del medio ambiente.

De igual modo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente señala que esta capacidad de los microplásticos para atraer y concentrar sustancias tóxicas amplifica su peligrosidad. Ya que puede aumentar la exposición de los seres humanos a estos compuestos nocivos.

¿Dónde se ha encontrado presencia de microplásticos?

Diferentes estudios, de distintas partes del mundo y organizaciones, han detectado la presencia de microplásticos en diversas partes del cuerpo humano, en la naturaleza y otros animales, como:

  • Animales marinos.
  • Agua.
  • Aire.
  • Productos plásticos, como mamaderas o potes contenedores.
  • Heces humanas.
  • Órganos humanos (testículos, colon, cerebro, sangre).
  • Medidas para mitigar el impacto de los micropartículas

    Para enfrentar el creciente problema de los microplásticos, es fundamental adoptar un enfoque multifacético que incluya tanto acciones individuales como políticas públicas efectivas.

    A nivel personal, se pueden tomar medidas como reducir el uso de plásticos desechables, optar por productos cosméticos libres de microplásticos y preferir prendas de vestir fabricadas con fibras naturales.

    En el ámbito gubernamental e industrial, es crucial implementar regulaciones que limiten la producción y el uso de plásticos de un solo uso Por ejemplo, mejorar las técnicas de reciclaje y fomentar la investigación y desarrollo de materiales alternativos y biodegradables.

    La Unión Europea ha tomado la delantera en este tema. Ha implementado normativas estrictas para reducir el uso de microplásticos en productos cosméticos y prohibiendo gradualmente ciertos plásticos de un solo uso.

    Estas medidas han sido respaldadas por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), que subraya la necesidad de acciones globales para abordar la contaminación por microplásticos.