En 2022, las enfermedades cardiovasculares fueron responsables del 23% de las muertes en Chile, según el Departamento de Estadística e Información de la Salud (DEIS) del Ministerio de Salud. Este alarmante dato subraya la importancia de cuidar el sistema circulatorio, una compleja red de venas y arterias crucial para llevar oxígeno y nutrientes a todas las células del cuerpo.
Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, destaca la importancia de mantener un buen flujo sanguíneo para una vida larga y saludable. “Un sistema circulatorio saludable es clave para evitar graves problemas como infartos o accidentes cerebrovasculares”, comenta.
Aunque la salud circulatoria es fundamental en todas las etapas de la vida, no es un tema exclusivo de personas mayores. Según Molina, “la prevención debe empezar temprano, con una alimentación balanceada y la ingesta de nutrientes esenciales, evitando alimentos procesados y ricos en grasas saturadas.”
La experta enfatiza que no basta con consumir ciertos alimentos; es crucial abordar los factores de riesgo que afectan la circulación. Entre ellos se encuentran el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y enfermedades como la diabetes. Un estilo de vida sedentario disminuye la circulación sanguínea al reducir la fuerza y masa muscular. La obesidad, por su parte, añade una carga extra al corazón y al sistema vascular, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas y colesterol alto, que puede obstruir las arterias.
Alimentos recomendados para reducir riesgo de enfermedades cardiovasculares
Aunque aún no existen estudios concluyentes que relacionen directamente ciertos alimentos con la prevención de enfermedades cardiovasculares, Molina sugiere que algunos nutrientes pueden contribuir a reducir estos riesgos:
Además de una dieta equilibrada, Molina subraya la importancia de la hidratación y la actividad física regular para mantener el sistema circulatorio en buen estado. “La prevención es clave para evitar episodios fatales, como un infarto o un accidente cerebrovascular”, señala. También recomienda llevar controles médicos periódicos, seguir los tratamientos farmacológicos prescritos y no hacer cambios drásticos en la dieta sin consultar a un profesional, especialmente en personas con enfermedades preexistentes.