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El uso de sabanillas o alfombrillas de entrenamiento para que los perros realicen sus necesidades fisiológicas en el interior del hogar se vuelve cada vez más popular, especialmente en días de lluvia o frío intenso. Esta alternativa, que permite aumentar el intervalo entre salidas al exterior, incorpora sistemas antibacteriales o con carbón activado para evitar malos olores en casa, según explica el médico veterinario Herly Studer. El entrenamiento para que el perro use la sabanilla se logra con paciencia y premios, mientras que la ubicación fija del espacio y la selección de sabanillas de calidad son claves para su efectividad. Además, se recomienda elegir sabanillas con sistemas para eliminar olores y de varias capas para una mayor absorción.

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Tal como los gatos tienen su arena sanitaria, el uso de sabanillas o alfombrillas de entrenamiento para que el perro realice sus necesidades fisiológicas dentro del hogar está cada vez más popularizado.

Resulta que se trata de una alternativa llamativa para evitar sacar a tu mascota al exterior en días de mucha lluvia o de frío intenso.

El uso de sabanillas para perros

“Siempre es recomendable sacar al perro a hacer sus necesidades al menos cada ocho horas, para que se ejercite, se divierta, socialice y se relaje”, explica Herly Studer, médico veterinario de Fit Fórmula.

“Pero tener entrenado al perro para realizar sus necesidades fisiológicas en la sabanilla permite aumentar el intervalo de tiempo entre salidas al exterior o incluso no sacarlo algunos días”, añadió.

La sabanilla permite al perro orinar y defecar dentro del hogar en días de bajas temperaturas, cuando llueve intensamente y no se desea mojar al can, el tutor está enfermo o sueña con quedarse todo el fin de semana encerrado viendo series, acompañado de su perro.

“Las alfombrillas más evolucionadas incorporan sistemas antibacteriales o con carbón activado, que evitan los malos olores al interior del hogar”, agrega Studer.

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1. Entrenar al perro para que orine y defeque en su sabanilla

Hay que colocar al perro sobre la alfombrilla y acompañarlo hasta que miccione. Una vez que marca el lugar, volverá a orinar ahí, afirmó el veterinario.

El entrenamiento dura aproximadamente dos semanas, y se debe actuar por repetición, premiando al can con cariños o un snack.

“Se puede educar a un perro de cualquier edad. Esta tarea se facilita usando sabanillas que incorporan aroma a amoníaco, que es atrayente para que el can orine allí y solo es perceptible para el desarrollado olfato del perro”, aclara Studer.

2. Ubicar la sabanilla en un espacio fijo y definido del hogar

Esto sirve para generar en el perro el hábito de realizar sus necesidades siempre en el mismo lugar, el cual debe ser de libre acceso al can.

3. Escoger sabanillas con sistema para eliminar el olor

Elegir sabanillas que eliminen el olor de la orina del perro, es útil para que este hedor no impregne el hogar.

Existen alfombrillas antibacteriales, que eliminan las bacterias de la orina que provocan el mal olor, y opciones con carbón activado, que captura y bloquea los olores. Estas se distinguen por su color grisáceo.

4. Seleccionar sabanillas de varias capas

Porque tienen mayor capacidad de absorción. Hay alfombrillas de hasta seis capas. Algunas incorporan un polímero que transforma la orina en gel, evitando que se derrame y aumentando la capacidad de absorción.

La sabanilla debe tener bordes reforzados y base plástica, para que el líquido no llegue al piso.

5. Escoger una sabanilla gruesa y de calidad

Resulta que una sabanilla gruesa y de calidad puede absorber hasta un litro y medio de orina. El especialista aconseja cambiarla cuando se marcan aureolas en el 70% de su superficie.

Respecto a las heces, si el perro es sano, “defecará como platanito, que se puede recoger y botar con facilidad”, finaliza.