Cinco pilares claves para generar Capital Social, la herramienta que puede transformar entornos

En el dinámico y competitivo mundo actual, el “Capital Social” emerge como una herramienta esencial para el desarrollo comunitario y económico. Se trata de las redes de confianza y conexiones entre personas, grupos e instituciones que buscan fomentar el trabajo colaborativo y participativo, la innovación institucional; y la puesta en marcha de nuevas redes que mejoren la competitividad.

Bajo esta premisa surgió un programa del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) pionero a nivel nacional llamado “Fortalecimiento del Capital Social de Jóvenes” en la región del Bío Bío, que tiene como fin generar instancias de aprendizaje de este concepto para que los jóvenes y profesionales lo incorporen en su quehacer.

“A través de un diplomado y diversas acciones como charlas, workcoffee, entre otros; hemos logrado, primero, consensuar el concepto de Capital Social. Aplicarlo y también compartirlo para que se replique, tanto en jóvenes estudiantes y recién egresados, como en profesionales y sus entornos”, señaló Héctor Saldía, encargado del programa.

Pero, ¿Por qué se debería aplicar en tu entorno? Aquí te presentamos cinco claves para generar capital social, según el programa FIC.

Colaboración

Es crucial generar redes de apoyo y trabajar en conjunto con otros. La colaboración permite superar desafíos individuales y alcanzar metas comunes. Al conectar con otros, se abren puertas a nuevas oportunidades y recursos.

Innovación

Estar a la vanguardia y fomentar la creatividad es esencial para el desarrollo. La innovación no surge de la nada; requiere un entorno que la promueva y apoye. Un ejemplo mundialmente reconocido es el ecosistema de Silicon Valley, donde la colaboración entre empresas, universidades y emprendedores ha dado lugar a avances tecnológicos revolucionarios. La clave es crear un entorno que fomente el intercambio de ideas y la experimentación.

Redes de Apoyo

Construir y mantener redes de apoyo es fundamental para el desarrollo personal y profesional. Estas redes proporcionan orientación, conocimientos y recursos valiosos. De hecho, existen organizaciones dedicadas a forma mentores; profesionales experimentados que facilitan sus conocimientos para guiar a emprendedores en sus negocios, generar crecimiento y éxito de nuevas empresas.

Desarrollo de Habilidades Teórico – Prácticas

El capital social no se limita a la teoría; se nutre de experiencias prácticas. Participar en actividades que permitan aplicar conocimientos en situaciones reales enriquece el aprendizaje significativo y fomenta el desarrollo de competencias tanto transversales como técnicas.

Programas como los hackathons, donde equipos multidisciplinarios trabajan juntos para resolver problemas reales en un corto período, demuestran cómo la aplicación práctica de habilidades puede conducir a soluciones innovadoras y útiles.

Empoderamiento y Sostenibilidad

Empoderar a las personas para que sean agentes de cambio en sus comunidades es crucial para el desarrollo sostenible. El capital social fomenta el empoderamiento al proporcionar las herramientas y recursos necesarios para que las personas contribuyan al bienestar de su entorno. Un ejemplo destacado es el movimiento global de economía colaborativa, donde plataformas como Airbnb y Uber han permitido que personas de todo el mundo generen ingresos adicionales y compartan recursos de manera sostenible.

Experiencia del programa FIC “Fortalecimiento del Capital Social de Jóvenes”

En la región del Bío Bío, el programa FIC “Fortalecimiento del Capital Social de Jóvenes” ha implementado estos cinco pilares para alcanzar una serie de objetivos. Primero, los miembros, de su equipo ejecutor, tienen diversas profesiones y representan a varias casas de estudio.

Durante su ejecución realizaron un diplomado en conjunto con seis universidades, donde cerca de 70 estudiantes de diversas disciplinas trabajaron con emprendedores locales, ofreciendo mentorías y soluciones prácticas que fortalecieron los negocios de la región del Bío Bío.

Este enfoque colaborativo y práctico no solo benefició a los emprendedores, sino que también enriqueció la formación de los estudiantes, proporcionando una experiencia educativa integral y transformadora.

Este proyecto fue financiado por el Gobierno Regional del Biobío a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) y fue ejecutado por la Universidad del Bío-Bío en colaboración con otras cinco instituciones académicas: Universidad Católica de la Santísima Concepción, Universidad de Concepción, Universidad Santo Tomás, Universidad San Sebastián y Universidad del Desarrollo. Además, conto con el apoyo del Círculo de Capital Social y de la Corporación Desarrolla Biobío.

Para profundizar en el concepto “Capital Social”, puedes revisar su página oficial o el Instagram del programa.