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La duda sobre dónde tirar el papel higiénico, al inodoro o a un basurero, es común al usar baños ajenos, ya que el exceso de papel puede obstruir las cañerías. Aunque algunos lugares indican claramente la opción, la revista Una Mirada a la Ciencia de la UNAM señala que el papel higiénico está diseñado para desintegrarse en el inodoro. Tirarlo en la basura puede acumular gérmenes, como cepas de Escherichia coli, que pueden ser perjudiciales para la salud. Expertos indican que la mayoría del papel se disuelve en contacto con el agua, por lo que la recomendación general es desecharlo en el inodoro, salvo en situaciones específicas para prevenir obstrucciones en tuberías antiguas.

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Cuando se va a un baño distinto al propio, siempre está la duda sobre dónde tirar el papel higiénico: al inodoro o a un basurero. Algunos estipulan mediante un letrero cuál debe ser el destino del papel, pero ¿Cuál es más conveniente?

En muchos casos el exceso de material se concentra en las cañerías, obstaculizando la circulación del agua y tapando el inodoro, por lo que en algunos sitios no hay más alternativa que disponer de un recipiente para los residuos.

¿Papel higiénico al inodoro o a la basura?

La materia primera más utilizada para la fabricación del papel higiénico es la pulpa de celulosa que se obtiene a partir de la madera de los árboles como pinos y eucaliptos. A ello se le pueden sumar otros elementos como fibras, papel reciclado y más para conseguir características de suavidad u olor.

De acuerdo a la revista Una Mirada a la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el papel higiénico está diseñado para “ser suave y apto para desintegrarse en el inodoro”, lo cual podría dar un primer indicio acerca de cuál debería ser el destino del material, aunque hay otras razones.

Cuando el papel usado va a un tacho de basura puede acumular gérmenes que son perjudiciales para la salud. Según los científicos de la UNAM, uno de los más frecuentes en esos ambientes son cepas de la familia Escherichia coli, que proliferan en la materia fecal.

Incluso apuntan que estos microorganismos contienen toxinas que se adhieren a partículas suspendidas en el aire, por lo cual está el riesgo de que sean absorbidas mediante la inhalación.

Según El Universal, alrededor de un 95% del papel higiénico se disuelve en su totalidad en contacto con el agua, quedando un porcentaje mínimo para tratarse en las plantas de aguas residuales.

A partir de ello es que siempre que sea posible, la recomendación es desecharlo en el inodoro, salvo casos excepcionales donde, para evitar la obstrucción de tuberías de edificios antiguos, se prefiere optar por un papelero.