El reflejo de la sed es un mecanismo que nuestro cuerpo utiliza para indicarnos cuándo necesitamos agua. Sin embargo, este reflejo puede disminuir con la edad haciendo que las personas mayores no sientan tanta sed como los jóvenes, lo que aumenta el riesgo de deshidratación.
Por ello es que es necesario prestar atención a las señales que entrega el cuerpo para saber si estamos bien hidratados.
¿En qué hay que fijarse para conocer el estado de hidratación?
Nuestro medio asociado RPP conversó con el médico Elmer Huerta, quien afirmó que existe un método sencillo y accesible que permite comprobar el estado de hidratación varias veces al día. Esta tarea es tan fácil como observar el color de la orina.
Si la orina es clara, significa que la persona está bien hidratada, pero si la orina es de color oscuro o “cargada”, es una señal de que se necesitan más líquidos.
Es recomendable prestar atención al color de la orina cada vez que se va al baño. Este hábito ayudará a las personas a mantenerse bien hidratadas antes de que aparezca la sed, que ya es un signo de que el cuerpo necesita agua urgentemente. La clave está en actuar preventivamente y no esperar a sentir sed para beber agua.
Este indicador es especialmente útil porque proporciona una manera constante de monitorear nuestra hidratación. Además, puede ser un primer paso hacia una mayor conciencia de las necesidades de líquido, lo cual es crucial para mantenerse saludables y prevenir complicaciones relacionadas con la deshidratación.
Cómo hacer frente a la deshidratación
El doctor Huerta explicó a ese medio que la hidratación no se limita únicamente al consumo de agua. Cualquier líquido que se ingiere contribuye al balance hídrico, ya sea café, té, sopas o incluso frutas con alto contenido de agua como la sandía y la papaya. Esta perspectiva amplia facilita mantener la hidratación a lo largo del día, independientemente de la estación del año.
En ese sentido, no importa si el líquido proviene de una bebida caliente en invierno o de una refrescante fruta en verano, lo importante es que el cuerpo reciba el agua que necesita para funcionar correctamente.
La recomendación es aún más crucial para los adultos mayores, quienes no tienen un reflejo de la sed tan agudo como el de las personas más jóvenes. Una persona mayor puede estar deshidratada sin sentirlo, lo que aumenta el riesgo de complicaciones. Por ello es importante que familiares y cuidadores estén atentos a señales de deshidratación y promuevan el consumo regular de líquidos.