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Chile tiene una geografía bastante particular. Su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico brinda sismos, terremotos y también un buen número de volcanes, aunque muy pocos de ellos están activos.

Pese a que hay más de 2.000, un informe de 2023 elaborado por la Red Nacional de Vigilancia Volcánica (RNVV), y publicado por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), dio cuenta que solo 87 de ellos están activos.

El documento además categoriza los macizos de acuerdo a su nivel de “riesgo específico”, que permite identificar cuáles son los que revisten un mayor riesgo para la población.

En el informe se observa que las primeras dos posiciones están ocupadas por los volcanes Villarrica y Calbuco, que hicieron erupción en marzo y abril de 2015, respectivamente.

¿Qué se entiende por ‘volcán’ y cómo funcionan?

La imagen clásica de un volcán, muy arraigada en el imaginario colectivo, es la de una gran montaña en forma de punta.

El Sernageomin lo define como un “punto de la superficie terrestre por donde sale al exterior el material fundido o magma generado en el interior de la tierra y, ocasionalmente, material no magmático”.

Sin embargo, cuando estos materiales son expulsados, se acumulan a su alrededor, alterando su forma, por lo que al final “un volcán no representa únicamente una morfología (en forma de montaña), sino que es el resultado de un complejo proceso que incluye la formación, ascenso, evolución, emisión del magma y depósito de estos materiales”.

Respecto a su funcionamiento, el Dr. en Geofísica, Cristian Farías, indica a BioBioChile que en resumen los volcanes son un “sistema que permite que el magma llegue a la superficie”, el cual no requiere necesariamente de una salida en forma de cono para salir.

“Es como una sopa bien compleja que va a tratar de subir hasta la superficie y tiene que encontrar un camino. Eso puede ser a través de una fisura que arma, a través de un cráter que generó, a través de explosiones, pueden ser de muchas formas“, sostiene.

Ahora bien, el experto añade que cuando el magma sale por un mismo lugar, va formándose un cono debido a la acumulación de material que va montándose encima de lo ya expulsado previamente, formando “conos volcánicos”.

Es así que generalmente en las erupciones, vemos al material salir por una abertura con estas características, no obstante, puede variar. “Chile tiene muchos de esos conos, pero también tiene campos donde hay lugares donde el magma podría subir por cualquier lugar, no necesariamente por el cono que ha utilizado antes”, profundiza Farías.

¿Qué implica que en Chile haya 87 volcanes activos?

Cuando pensamos en el concepto de “volcanes activos” nos imaginamos una amenaza latente, un gigante a punto de estallar. Esa idea no está errada, aunque hay matices en el medio.

Según explica el también académico de la Universidad Católica de Temuco, “que un volcán sea activo es que haya mostrado alguna erupción en los últimos 11.000 años, que si te fijas es una ventana de tiempo supergrande para nosotros en escala humana. Pero a nivel geológico es una escala de tiempo relativamente reciente“.

“El tema es que no porque un volcán no haya hecho erupción en los últimos 500 años, no significa que no te pueda hacer algo más adelante. Un volcán puede estar varios miles de años sin hacer erupción y de pronto despertar y hacer una erupción bastante grande“, agrega.

Respecto a cuán riesgoso puede ser un volcán, como alguno de los 14 que lideran el ranking, este factor depende mucho de su cercanía a sectores habitados.

Farías señala sobre esta condicionante que “si es que ese volcán tiene una cantidad de gente que podría ser afectada, ahí ese volcán se vuelve más importante, porque entonces ahí pensamos en que habría gente expuesta a la erupción, gente vulnerable dentro de la erupción, y eso claramente aumenta el riesgo y, por lo tanto, hace que el volcán de súbito se vuelva más importante”.

Sobre esa misma línea, en 2023, María Angélica Contreras, una de las geólogas gestoras del informe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica, mencionó en un artículo de Sernageomin que “la importancia del ranking de riesgo volcánico es que permite identificar aquellas zonas que son más susceptibles a ser impactadas por procesos volcánicos y al mismo tiempo orientar los esfuerzos tanto de monitoreo volcánico, es decir, la instalación de una red de instrumental en aquellos volcanes que son más riesgosos y que podrían tener un mayor impacto sobre comunidades expuestas. Y también la evaluación de peligro a través de la construcción de mapas geológicos y de peligro volcánico”.

¿Qué significa que un volcán esté bajo alerta?

El Servicio Nacional de Geología y Minería cuenta con una escala de niveles de alerta volcánica, a través de la cual se describe “el estado de actividad de los 45 macizos más activos del país”, mediante colores verde, amarillo, naranjo y rojo, explica Sernageomin.

Cuántos volcanes activos hay en Chile y qué implica su estado ¿Podrían hacer erupción?
Sernageomin

Hasta el cierre de esta nota, el volcán Láscar y el complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle mantienen alertas amarillas debido a la actividad que generan y han desarrollado recientemente.

¿Esta actividad es sinónimo de una futura erupción? Cristian Farías, quien también es autor de los libros ‘Volcanes y Terremotos’ y ‘Manual para sobrevivir a nuestra loca geografía’, responde a esta pregunta como “no necesariamente”.

“En general, la erupción es como lo más crítico que puede hacer un volcán, pero el volcán puede tener muchos momentos en los cuales se muestra ‘intranquilo’, si quieres llamarlo así, pero que no termina en una erupción“, sostiene.

Según el experto, la última actividad volcánica que generó una Alerta Roja en Chile fue gatillada por la erupción del volcán Calbuco, en 2015. Desde entonces, distintos macizos y complejos volcánicos pasaron por los diferentes estados de alerta, incluso han estado en Alerta Naranja; la penúltima en la escala. Algunos que han pasado por este nivel han sido el mismo volcán Láscar, que hoy está en Alerta Amarilla, el complejo Nevados de Chillán y el volcán Villarrica.

En tanto, algunos que han tenido alertas amarillas son los complejos Laguna del Maule y Peteroa, al igual que los volcanes Villarrica y Copahue, indica Farías.

Este último es un ejemplo claro de que un volcán puede mostrar varios signos recurrentes de actividad, generando alertas amarillas o naranjas, pero finalmente no provoca una erupción. Según afirma el Dr. en geofísica, el volcán Villarrica estuvo alrededor de 1 año y medio en Alerta Amarilla entre noviembre de 2022 y hacia fines del primer trimestre de 2024, sin embargo, hoy evidencia un estado más calmo.

“No se ha dejado ver en estos últimos meses y la verdad es que el volcán ha estado como en un momento más o menos de calma. Sigue con sus fumarolas, sigue generando sismos, por supuesto, porque sigue mostrando toda esta actividad más o menos consistente en el tiempo, pero está en un estado bastante tranquilo en comparación con cómo estuvo”, enfatiza el experto.

En ese sentido, explica que un volcán puede mantenerse por un tiempo largo en un estado de alerta llamativo, sin acabar concretando una erupción.