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El doble homicidio contra un matrimonio en Graneros, ocurrido el pasado 12 de marzo, dejó dudas desde distintos sectores respecto a la rapidez en la respuesta que Carabineros puede brindar a una emergencia reportada al 133.

Esa fatídica madrugada, Carolina Calleja Lucero (53 años) llamó a la línea de emergencias policiales a las 3:25 horas para solicitar la presencia de carabineros, afirmando que les estaban disparando y dando instrucciones sobre cómo llegar al domicilio.

Sin embargo, los uniformados tardaron 65 minutos en llegar al sitio del suceso. De acuerdo a los antecedentes que se conocen, en su recorrido los uniformados llamaron otra vez a la víctima sin tener respuesta; también se entrevistaron con vecinos para saber cómo llegar al sitio.

Esa tardanza levantó dudas respecto a cómo se procesan las llamadas de emergencia y por qué se registró tal demora en un caso como este.

¿Cómo se gestionan las llamadas al 133 de Carabineros?

Cuando una persona marca al 133, inmediatamente se activa un software que gestiona las llamadas y las deriva a la Central de Comunicaciones (Cenco) más cercana a su posición.

En total, Carabineros cuenta con 32 centrales en todo Chile, indica LUN, las cuales están presentes en todas las regiones, registrando al menos una de ellas por cada zona. En el caso de este crimen, la llamada fue derivada a la central de Cachapoal.

Mientras una llamada esté en curso, una operadora pregunta a la presunta víctima “¿Cuál es su emergencia?” “¿Dónde vive?”, y “¿Cómo se llama?”, en ese mismo orden. Estos antecedentes permiten geolocalizar lo reportado en un mapa.

Las respuestas son traspasadas a un software, cuyos datos, a su vez, son recogidos por una persona con el cargo de “despachador” que coordina los recursos y envía unidades al sitio de la emergencia.

No obstante, según explicó el capitán Daniel Medina, del departamento de Comunicaciones de Carabineros al citado medio, en este caso “el software no reconoció la dirección porque el camino donde vivía el matrimonio no tiene numeración”.

En conversación con Podría Ser Peor de Radio Bío Bío, el capitán Medina, la mencionada plataforma “funciona con lo que nos entrega la ley en Chile. Nosotros hacemos una geolocalización a través de la información que entrega la persona que llama y por eso hay preguntas que son claves que hace la operadora”.

“Funciona igual que una aplicación, la que tenemos en los teléfonos celulares cuando uno ingresa a Google Maps e ingresa una dirección, la entrega de la misma forma. Lamentablemente, cuando hay datos referenciales, muchas veces no son geolocalizados, y ahí lo que pasó en Graneros, donde los carabineros llegan al lugar de referencia y lo que se demoran después en encontrar la casa y la numeración exacta”, añadió.

Georreferenciación de las llamadas

Eso, en parte, ocurre porque aunque la llamada permite geolocalizar el incidente reportado, Carabineros no puede georreferenciarlas. De hecho, según consigna La Tercera, el pasado 19 de marzo, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, comentó en la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados el trabajo que se está llevando para que exista una georreferenciación de quienes llaman a teléfonos de emergencias, lo cual “va a implicar inversiones bastante cuantiosas”.

Lo anterior también se suma a las demoras que pueden registrarse desde el momento en que una persona marca al 133 de Carabineros hasta que la operadora toma la llamada. Según reveló Medina a LT, la enorme cantidad de llamadas sin propósito, como las bromas, provocan que hoy el tiempo promedio de espera sea de 1 minuto 27 segundos.