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Uno de los puntos que mayor discusión ha generado dentro de la reforma previsional es el mecanismo mediante el cual los trabajadores harán un préstamo obligatorio al Seguro Social.

Este aporte se materializará en forma de bonos y será devuelto cuando la persona se jubile.

Dicho sistema forma parte del nuevo esquema de cotización adicional del 7% con cargo al empleador, de los cuales un 1,5% se destinará al llamado Aporte con Rentabilidad Protegida (ARP).

En términos simples, cada mes se generarán bonos de seguridad previsional a nombre de cada trabajador, los cuales se acumularán y se pagarán en cuotas tras la jubilación, ¿cómo funcionará?

Lo primero que debes saber sobre la reforma de pensiones

Uno de los pilares de la reforma de pensiones es la nueva cotización de 7% con cargo al empleador. Actualmente, además del 10% con cargo al trabajador, el empleador destinaba un 1,5% al Seguro de Invalidez y Sobrevivencia.

A raíz de la reforma, y en un periodo gradual de 9 a 11 años, el aporte con cargo al empleador aumentará en un 7%, resultando en un 8,5% total.

Este 8,5% se dividirá en dos partes: un 4,5% se mantendrá en las cuentas individuales de los trabajadores, administrado por la AFP, mientras que el otro 4% será destinado al Seguro Social.

Este 4% se divide de la siguiente forma:

  • El antiguo 1,5% con cargo al empleador se sigue destinando al Seguro de Invalidez y Sobrevivencia.
  • Un 1% será destinado a financiar la compensación por expectativa de vida de las mujeres.
  • El 1,5% restante irá a parar al «Aporte con Rentabilidad Protegida», conocido también como ARP o cotización de rentabilidad protegida, destinado a financiar la compensación por años cotizados.

    Cómo funciona el Aporte con Rentabilidad Protegida

    La cotización del 1,5% mencionada anteriormente se materializa como un préstamo en forma de bonos de seguridad previsional, emitidos por el Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP) y resguardados por el Depósito Central de Valores (DCV), los cuales serán devueltos al trabajador al momento de jubilarse.

    Cada mes, ese porcentaje de cotización se convierte en pequeños bonos a nombre de cada trabajador, los que irán generando un macro bono. Estos bonos generan una tasa de interés y su rentabilidad —expresada en UF— estará vinculada a los bonos emitidos por la Tesorería General de la República, con un plazo equivalente al tiempo restante hasta la jubilación.

    Es importante mencionar que estos bonos no se tranzan en la etapa activa, ya que están depositados en la custodia de valores.

    ¿Cómo se devolverá la cotización de rentabilidad protegida?

    Cuando el trabajador cumpla la edad de jubilación establecida por la ley, su macro bono de seguridad previsional será canjeado por un bono (llamado “bono amortizable”) que se entrega a su AFP o a su compañía de seguros de vida, según dónde reciba su pensión.

    Este bono de seguridad previsional amortizable se pagará al afiliado en 240 cuotas mensuales iguales, por un valor que incluirá todas las cotizaciones, reajustes e intereses acumulados.

    Si el FAPP no cuenta con recursos suficientes para pagar los bonos amortizables, el Estado garantizará la cobertura del monto faltante. La Superintendencia de Pensiones verificará esta situación y emitirá una resolución para asegurar el pago a los beneficiarios. Esta garantía del Estado busca asegurar que el aporte del trabajador sea devuelto como corresponde y bajo supervisión.

    Sobre el FAPP y el DCV

  • Los bonos serán administrados por el Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP), un ente autónomo, similar al Banco Central, que estará liderado por un Consejo Directivo de cinco personas. Estas serán nominadas por el Presidente de la República y ratificadas por el Senado.
  • Los bonos serán depositados en el Depósito Central de Valores (DCV), una entidad privada que custodia y administra valores como acciones y bonos en Chile. Facilita la transferencia de estos valores entre inversionistas y coordina la liquidación de operaciones en la bolsa y el mercado extrabursátil.

    “Cada trabajador, cuando quiera saber cuánto ha acumulado por haber prestado estas cotizaciones al fondo, podrá verlo reflejado en un bono que estará registrado en el FAPP, en su fondo de pensiones y en el DCV. Este proceso será supervisado permanentemente por la Superintendencia de Pensiones”, explicó el Superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías, según recogió LT.

    “Hay total transparencia respecto de que estas cotizaciones son de las personas, van a estar en sus fondos previsionales, y van a estar debidamente contabilizados, valorizados y custodiados. Va a haber total seguridad sobre la propiedad de los fondos de las personas. Y, por su puesto, lo va a poder ver en la página web de su administradora también”, agregó.