La Navidad se ha consolidado como una de las celebraciones más importantes y esperadas de la actualidad, trascendiendo incluso las fronteras de la fe cristiana. Hoy en día, muchas personas la adoptan como una ocasión para reunirse con sus seres queridos y celebrar en familia.
Aunque la Navidad hoy en día está marcada, en parte, por una fuerte influencia de la cultura norteamericana, en el pasado fue una festividad bastante diferente, que evolucionó de manera significativa para adaptarse a las diferentes culturas y épocas que la adoptaron.
Los orígenes paganos de la Navidad
La fecha del 25 de diciembre coincide con antiguos festivales paganos que marcaban el solsticio de invierno en el hemisferio norte. Una de las celebraciones más significativas en este contexto era la Saturnalia romana, una festividad dedicada a Saturno, el dios de la agricultura, celebrada entre el 17 y el 23 de diciembre.
Esta festividad se caracterizaba por banquetes, intercambio de regalos y una atmósfera de alegría, aspectos que posteriormente influirían en las tradiciones navideñas.
Otra celebración destacada era la del “Nativitas Solis Invicti” o “Nacimiento del Sol Invicto”, que honraba al dios solar y marcaba el regreso progresivo de los días más largos, según recoge National Geographic.
Cuando el cristianismo comenzó a expandirse por el Imperio Romano, adoptó algunas de estas tradiciones para “convertir a los paganos romanos a la religión cristiana, estableciendo una tradición fácilmente asimilable para ellos”, explica el citado medio.
El cristianismo y el nacimiento de Jesús
La Biblia no menciona la fecha exacta del nacimiento de Jesús, y durante los primeros siglos del cristianismo, este evento no se celebraba al menos forma oficial. Esto se debe, en parte, a que el cristianismo fue una religión perseguida durante mucho tiempo.
Eso sí, según consigna The Conversation, existen textos que apuntan a que incluso en el siglo II ya se rendía homenaje al nacimiento de Cristo, siendo el papa Telésforo (125-136) quien habría ordenado la celebración. También hay quienes apuntan a que fue el viajero e historiador cristiano, Sexto Julio Africano, quien popularizó la fecha del 25 de diciembre de cara a los siglos posteriores.
No obstante, fue en el año 336, durante el reinado del emperador Constantino, cuando se registró por primera vez el 25 de diciembre como fecha para conmemorar el nacimiento de Cristo, la que habría sido escogida arbitrariamente para facilitar la conversión de los paganos.
Lo cierto es que Constantino fue quien legalizó de lleno la religión cristiana en el Imperio Romano. No obstante, no fue sino hasta finales del siglo IV, durante el reinado de Teodosio I, que el cristianismo se estableció como la religión oficial.
Con la conversión de Constantino al cristianismo y el Edicto de Milán, que puso fin a la persecución religiosa, el Papa Julio I oficializó la fecha del nacimiento de Jesús para el 25 de diciembre. Con el tiempo, esta festividad se extendió por Europa, adaptándose a las costumbres y tradiciones locales.
Por ejemplo, los pueblos germánicos incorporaron elementos de sus propias tradiciones de invierno, como el uso de ramas de árboles perennes, que simbolizaban la vida eterna.
La evolución de las tradiciones navideñas
A lo largo de los siglos, las celebraciones navideñas evolucionaron considerablemente. Durante la Edad Media, la Navidad era un periodo de festividades religiosas y sociales que incluían misas, obras de teatro y banquetes comunitarios.
Según la Agencia Católica de Informaciones, la costumbre de representar el nacimiento de Jesús mediante pesebres se atribuye a San Francisco de Asís, quien en el siglo XIII popularizó esta práctica para acercar la historia de la Natividad a los fieles.
Asimismo, se popularizó la figura de Santa Claus, basada en San Nicolás de Mira, un obispo del siglo IV conocido por su generosidad y al que se rendía homenaje cada 6 de diciembre.
De acuerdo con Deutsche Welle, durante la Reforma Protestante en Alemania, como forma de rechazar el culto católico a los santos, se promovió la creencia de que era Jesús quien traía regalos a los niños, trasladando esta tradición al 25 de diciembre. Sin embargo, la figura de San Nicolás persistió y se fue consolidando con el tiempo.
La Navidad moderna
La Navidad, ya mucho más parecida a cómo la conocemos hoy, comenzó a tomar forma en los siglos XVIII y XIX, especialmente en el mundo anglosajón, y la literatura jugó un papel crucial en esta transformación.
Por ejemplo, la novela “A Christmas Carol” de Charles Dickens, publicada en 1843, popularizó la idea de la Navidad como un momento de generosidad, compasión y celebración familiar.
Durante este periodo también se consolidaron tradiciones como el árbol de Navidad decorado, popularizado en Inglaterra por la reina Victoria y el príncipe Alberto, de origen alemán.
Hoy en día, la Navidad es una celebración global que trasciende las fronteras religiosas. Aunque sigue siendo una festividad religiosa para millones de cristianos, también se ha convertido en un evento cultural y comercial.
Así mismo, como es de conocimiento popular, la versión moderna de “Santa Claus”, con su característico traje rojo, fue desarrollada en el siglo XX gracias a la influencia de la publicidad, en particular la de la compañía Coca-Cola.
Lo cierto es que las tradiciones varían ampliamente entre países. En los países de tradición cristiana, las celebraciones de Navidad suelen incluir misas de medianoche, como la emblemática Misa del Gallo, y la colocación de pesebres en los hogares. Por otro lado, en regiones donde el cristianismo no es mayoritario, como Japón, la Navidad se vive principalmente como una festividad cultural, destacándose por la decoración, la comida y el intercambio de regalos.