El famoso sistema Captcha, que aparece en innumerables sitios web pidiendo al usuario que marque “No soy un robot” o seleccione imágenes con bicicletas o semáforos, es una herramienta crucial en la seguridad online.
Pero, ¿por qué un robot no podría realizar estas simples tareas? La respuesta está en la forma en que están diseñados estos sistemas para diferenciar entre comportamientos humanos y automatizados.
¿Cómo funciona un Captcha?
Como explica Google, los Captcha (Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart) son pruebas diseñadas específicamente para detectar si quien interactúa con un sitio web es un ser humano o un programa automatizado, como un bot.
El objetivo principal de estas herramientas es evitar que bots accedan a servicios o realicen acciones como enviar formularios, registrarse en cuentas o realizar ataques automatizados.
Uno de los aspectos más destacados del sistema Captcha es su capacidad para evaluar el comportamiento del usuario.
Cuando un humano interactúa con un Captcha, lo hace de una manera natural, moviendo el ratón o mouse, tardando un tiempo razonable en seleccionar imágenes o en hacer clic en opciones.
Los bots, por otro lado, aunque pueden estar programados para resolver ciertas tareas, lo hacen de forma muy diferente. Su velocidad y precisión, lejos de imitar la conducta humana, son señales evidentes de que se trata de un sistema automatizado.
Por qué un robot no pasa la prueba de “No soy robot”
Acorde al Blog de Hubspot, al pulsar “No soy un robot”, no solo se trata de un clic simple. Los sistemas Captcha evalúan detalles como la velocidad del movimiento del ratón, el tiempo que se tarda en responder y cómo se interactúa con la interfaz.
Un robot, al estar programado para realizar estas acciones de manera rápida y eficiente, es detectado fácilmente debido a su precisión inusual y falta de variabilidad en los movimientos.
Además, los Captcha modernos incluyen tareas cognitivas que son extremadamente difíciles para las máquinas, explican desde el medio La Razón. Por ejemplo, identificar todos los autos en una serie de imágenes requiere no solo reconocimiento visual, sino también juicio contextual, algo que los robots no dominan de manera confiable.
Google ha desarrollado una versión avanzada, llamada reCaptcha, que simplifica aún más el proceso. En muchos casos, basta con marcar una casilla para que el sistema analice el comportamiento del usuario y determine si es humano o un robot.