Santiago de Chile se posicionó como la ciudad más inteligente de América Latina en el índice IESE Cities in Motion (ICIM), alcanzando además el puesto 91 a nivel mundial. Cabe mencionar que la capital fue la única ciudad del país considerada dentro del análisis.
Este ranking evalúa diversos indicadores relacionados con la sostenibilidad, la innovación y la calidad de vida en las ciudades, estableciendo un referente importante para medir el desarrollo urbano. No obstante, cabe recordar que el ICIM es un indicador sintético, basado en los indicadores parciales disponibles.
En la edición actual del ranking, Santiago de Chile ha superado a Buenos Aires, destacándose en áreas como gobernanza (puesto 29), movilidad y transporte (puesto 44), y economía. Uno de los ítems más reconocidos fue el plan para electrificar el 25% de la flota de autobuses públicos de cara al 2025, donde ya en 2023 se había superado esa meta, con un 30% de autobuses eléctricos (alrededor de 7,000).
Esto ha sido clave para mejorar la movilidad de quienes tienen menos ingresos, indican desde ICIM, ya que los autos eléctricos personales aún son costosos. Esta estrategia no solo ha permitido un transporte más limpio, sino que ha mejorado la calidad del aire.
Por su parte, Buenos Aires se destaca en planificación urbana (puesto 19), proyección internacional (puesto 29) y desarrollo del capital humano (puesto 47). El top 5 de la región también incluye a Montevideo, Ciudad de México y Panamá.
Según explican desde el organismo, en general, las ciudades latinoamericanas tienen una presencia limitada en los puestos más altos del ranking global. A nivel mundial, este es liderado por Londres, Nueva York, París, Tokyo y Berlín.
¿Qué significa que una ciudad sea “inteligente”?
Pero, ¿qué es exactamente una ciudad inteligente? Se trata de un concepto que engloba el uso eficiente de la tecnología y los datos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Estas ciudades buscan integrar tecnologías de información y comunicación (TIC) en su infraestructura y servicios, facilitando la gestión urbana, promoviendo la sostenibilidad y fomentando la participación ciudadana. Entre las características de las ciudades inteligentes destacan la movilidad eficiente, el uso de energías renovables, la gestión adecuada de residuos y la conectividad digital.
A nivel internacional, el ICIM clasifica a las ciudades en función de su capacidad para adaptarse a los desafíos del siglo XXI, como el cambio climático y la creciente urbanización. En este contexto, Santiago se presenta como un modelo a seguir en la región, superando a grandes capitales como Buenos Aires, Montevideo y Ciudad de México.