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En Bajos de Mena, considerado el “gueto más grande de Chile” con 49 subconjuntos o villas, la violencia se hizo presente con una balacera durante un velorio que dejó un muerto, tres heridos (incluyendo menores), y amenazas de atacar un centro de salud si salvaban a las víctimas. Construido en 1994 para sectores vulnerables, este lugar carece de servicios básicos y habitabilidad en muchas viviendas. La distancia de 38,2 kilómetros de La Moneda y las condiciones socioeconómicas similares de sus habitantes contribuyen a su aislamiento. Persisten problemas como incendios, hacinamiento y comercio sexual infantil, reflejando una dura realidad que sus residentes anhelan superar, pero enfrentan múltiples dificultades.

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Formado por 49 subconjuntos o villas, Bajos de Mena es conocido como “el gueto más grande de Chile”. Ubicado en el extremo surponiente de la comuna de Puente Alto, el sector se caracteriza por elevados niveles de pobreza, delincuencia, hacinamiento y narcotráfico.

Este jueves, el lugar estuvo en el centro de la atención pública tras registrarse una balacera en medio de los preparativos para un velorio, la cual dejó un muerto y tres heridos, entre ellos varios menores de edad.

No solo eso, también causó gran conmoción lo que ocurrió después: los autores de los disparos amenazaron con “reventar” un cesfam si salvaban a los heridos y además persiguieron la ambulancia donde estaba siendo trasladada una niña de 13 años, también víctima de los disparos.

¿Cómo es “Bajos de Mena” y por qué se le llama el “gueto más grande de Chile”?

Bajos de Mena: el gueto más grande de Chile

Construido en 1994, Bajos de Mena comenzó a habitarse entre los años 1996 y 1997. Fue parte de una política habitacional pensada para sectores de alta vulnerabilidad, que accedían a las viviendas por medio de subsidios habitacionales y por el Programa Especial para Trabajadores.

“La política habitacional en esos años era una mierda, porque se preocuparon más de la cantidad que de la calidad de las viviendas. No existían servicios. Tiraron a un grupo de pobres lejos para que nadie los viera”, señaló Mireya Montecinos, ex vecina del lugar, en un reportaje para The Clinic del año 2013.

Bajos de Mena
Bajos de Mena | Wikimedia Commons

Según explica un análisis de la pobreza en el sector hecho por académicos de la Universidad Mayor, poco tiempo después de la entrega de las viviendas se encontraron “serias fallas estructurales que hicieron imposible la habitabilidad de varios de estos conjuntos”.

Si bien algunos fueron abandonados o demolidos, el grueso de la población permanece habitando la zona hasta el día de hoy, la cual además tiene una baja o nula oferta de servicios básicos como farmacias, jardines infantiles, compañías de bomberos, sucursales bancarias, entre otros.

Agencia Uno

“He visto mujeres muertas por la desesperanza, jóvenes ahorcados que yo misma he tenido que descolgar y otros que se han quemado vivos en los postes por robar cables. Los cabros se están muriendo por la droga”, aseguró Viviana Fuentes al citado medio.

Una dura realidad

Los estremecedores relatos de los vecinos dibujan la cruda realidad del sector, donde muchos sueñan con encontrar los medios para salir. Pero es difícil.

Durante los últimos años se han registrado algunas mejoras, como la construcción del Parque Juan Pablo II en las inmediaciones del antiguo vertedero ilegal La Cañamera o el anuncio de la extensión de diferentes líneas de Metro para llegar al lugar.

No obstante, las dificultades persisten.

Bajos de Mena
Parque Juan Pablo II el año de su inauguración | Agencia Uno

Según explica el análisis de la Universidad Mayor, Bajos de Mena es considerado un “gueto” no solo porque la mayoría de sus habitantes tienen condiciones socioeconómicas similares, sino también por lo aislado que está.

Tiene poco acceso a servicios y transporte, lo que hace que el lugar se sienta aún más distante y desconectado. De hecho, está a 38,2 kilómetros de La Moneda, y llegar ahí en transporte público puede tomar hasta dos horas y media.

Entre las denuncias que vecinos hicieron al medio The Clinic, existen reportes de familias que han sido víctimas de devastadores incendios producto de fallas en el sistema eléctrico, donde además las ventanas enrejadas dificultan las operaciones de rescate por parte de Bomberos.

En esa misma línea, el hacinamiento es un problema frecuente para las familias de Bajos de Mena. Hogares numerosos deben sacrificar los espacios comunes dentro del hogar y compartir camas y dormitorios para poder habitar las viviendas.

Por último, también abundan las denuncias de comercio sexual infantil, el cual se enmarca en una profunda adicción a la pasta base, una realidad para quienes residen en el sector.