Desde el año 2000, un total de 280 astronautas han pasado por la Estación Espacial Internacional (EEI). A través de ellos, podemos saber qué olor tiene el espacio, cómo van al baño y cuáles son los efectos que tiene el cuerpo humano en esas condiciones.
Actualmente, Suni Williams y Butch Wilmore se encuentran en la EEI, que básicamente es un centro de investigación que orbita la Tierra a 400 kilómetros sobre la superficie, luego de acceder en la cápsula Starliner de Boeing.
Inicialmente su visita a la estación espacial sería de una semana, pero luego que la cápsula sufriera problemas técnicos, Williams y Wilmore quedaron varados y tendrán que esperar hasta 2025 para regresar a casa.
¿Qué olor tiene el espacio?
Cuando un astronauta va al espacio, las acciones que puede realizar están limitadas y/o tienen un propósito específico.
Pasan gran parte de su tiempo trabajando, y cuando no lo están haciendo, sus cuerpos están siendo estudiados para evaluar los cambios que experimenta el organismo en ese ambiente. “Somos conejillos de indias (…) El espacio somete a los huesos y músculos a un proceso de envejecimiento acelerado, y los científicos pueden aprender de eso”, comentó Nicole Stott a BBC, quien pasó 104 días en la EEI entre 2009 y 2011.
Y como tienen tareas específicas, no todos tienen la suerte de hacer una caminata espacial y ver la Tierra en todo su esplendor. Quienes sí han sido afortunados, como Chris Hadfield o Helen Sharman, han podido responder a la interrogante: qué olor tiene el espacio.
“En la Tierra tenemos muchos olores diferentes, como la ropa lavada en lavadora o el aire fresco. Pero en el espacio solo hay un olor y nos acostumbramos a él rápidamente”, dice Sharman, quien reveló al igual que Hadfield que ese aroma es metálico.
Según explica, cuando un objeto sale de la Estación Espacial Internacional y entra en contacto con la radiación del espacio, al volver a ingresar, reacciona con el oxígeno y crea ese olor.
Otros datos interesantes sobre la vida en la EEI
Mientras un astronauta viva en la EEI, tiene que levantarse a las 6:30 y hacer 2 horas de ejercicio al día. Considerando que la falta de gravedad es un dato no menor a tener en cuenta, tienen máquinas especiales que les ayudan a desarrollar sus rutinas sin dañar sus huesos, que reducen su densidad ante la gravedad cero.
La EEI posee una máquina que les ayuda a hacer sentadillas, peso muerto y remo; otra que permite ser usada como bicicleta para entrenar resistencia, y trotadoras.
Sus dormitorios miden lo mismo que una cabina telefónica y duermen en sacos de dormir. Para ir al baño, deben hacer sus necesidades biológicas en un pequeño compartimiento con un sistema de succión, detalla el artículo de la BBC.