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El Ministerio de Salud de Chile ha desestimado la existencia de un brote masivo de meningitis en el país, pese al aumento significativo de casos reportados a nivel nacional, alcanzando los 40 infectados. Según Christian García, jefe de Epidemiología del Minsal, estos casos no guardan relación entre sí. La meningitis es una infección e inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, pudiendo ser fúngica, bacteriana, crónica, parasitaria o viral. Los síntomas comunes incluyen fiebre alta, rigidez en el cuello, dolor de cabeza intenso y confusión. Factores de riesgo incluyen la edad, omisión de vacunas, entornos comunitarios, sistemas inmunitarios debilitados y embarazo.

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Esta semana, el Ministerio de Salud salió a descartar que en Chile exista un brote masivo de meningitis ante un aumento considerable de casos, ¿de qué se trata esta enfermedad y cómo se contagia?

A nivel nacional se han reportado 40 casos de personas infectadas y pese a que se trata de un número considerable de contagios, el jefe del departamento de Epidemiología del Minsal, Christian García, afirmó que estos no tienen relación entre sí.

Previamente, en junio de 2024, se emitió una alerta epidemiológica para reforzar la vigilancia de los centros de salud y actuar a tiempo frente a un comportamiento inusual de la meningitis, como se había detectado en su momento, como les fue comunicado.

¿Qué es la meningitis y cómo se contagia?

Según consigna el sitio Clínica Mayo, la meningitis consiste en la “infección e inflamación del líquido y las membranas denominadas como ‘meninges’, que rodean el cerebro y la médula espinal”.

Respecto a la forma de contagio, existen diferentes fuentes que, a su vez, derivan en distintos tipos de meningitis. Se dividen en fúngica, bacteriana, crónica, parasitaria y viral. Esta última es la más frecuente en países como Estados Unidos.

Meningitis fúngica: es la menos común de todas y se contrae ante la inhalación de esporas de hongos del suelo, de madera en descomposición y heces de aves. No se transmite de persona a persona y afecta principalmente a quienes tienen sus sistemas inmunitarios debilitados.

Bacteriana: este tipo se produce por una infección de oído o de los senos paranasales, una fractura de cráneo, o algunas cirugías, aunque esta última es la menos común. Las bacterias ingresan a la sangre y se trasladan al cerebro y la médula espinal. Este tipo es la más mortal de todas, y se estima que muere 1 de cada 6 personas que la contraen, con una tasa de mortalidad que llega al 16%, según la OMS.

Crónica: como su nombre lo indica, se trata de una persistencia a causa de “organismos de crecimiento lento, como los hongos y la bacteria Mycobacterium tuberculosis que invaden las membranas y el líquido que rodean el cerebro”, detallan desde Clínica Mayo.

Parasitaria: la forma más frecuente de contagio es a través de la ingesta de alimentos contaminados con parásitos, aunque otras fuentes son la infección por tenia proveniente del cerdo o malaria cerebral. Otra vía es por nadar en agua dulce que pueda contener parásitos. No se transmite entre personas.

Viral: tiene diferentes causas de origen, aunque su desarrollo suele ser leve y desaparece por sí sola. Algunos focos puede ser a través del contagio por enterovirus, herpes simple, virus de la inmunodeficiencia humana, virus de las paperas, virus del Nilo Occidental, entre otros.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas más comunes de la meningitis son similares a los de una gripe, como dolores de cabeza y fiebre. En el detalle son los siguientes:

-Fiebre alta repentina.
-Rigidez en el cuello.
-Dolor de cabeza intenso.
-Náuseas o vómitos.
-Confusión o dificultad para concentrarse.
-Convulsiones.
-Somnolencia o dificultad para despertarse.
-Sensibilidad a la luz.
-Falta de apetito o de sed.
-Erupción cutánea en algunos casos, como en la meningitis meningocócica.

Además, existen factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de contagiarse la infección. Ellos pueden ser etarios, puesto que la mayoría ocurre en niños menores de 5 años; por saltarse vacunas; vivir en un entorno comunitario, que aumenta las posibilidades en las meningitis que se contagian persona a persona; tener un sistema inmunitario debilitado, como en el caso de las personas con SIDA; estar embarazada, que aumenta el riesgo de contraer listeria, un causante de meningitis.