En las ciudades chilenas, especialmente aquellas con mayor cantidad de habitantes, el tráfico es una preocupación constante, sobre todo en horas punta.
Al respecto, entre las diferentes modalidades de operación de semáforos, existen algunos dispositivos que están programados para dar prioridad a las calles que presentan un mayor flujo de vehículos, mientras que la vía de menor tránsito se mantiene detenida.
En el caso de estos últimos, según explican desde Transporte Informa, para poder obtener el derecho a paso, el vehículo que se acerca al cruce debe activar la función de demanda del semáforo a través de una espira o sensor instalado bajo el pavimento. ¿Qué significa esto?
Las espiras activan los semáforos según demanda vehicular
Las espiras son sensores colocados bajo el pavimento en las intersecciones con semáforos. Estas consisten en un lazo de alambre que crea un campo magnético.
Cuando un vehículo se detiene sobre la espira, la masa metálica del auto altera el campo magnético, lo que le indica al controlador del semáforo que hay un vehículo esperando.
El principal beneficio de las espiras es la optimización del tiempo de los semáforos. En lugar de operar en ciclos fijos, las luces pueden ajustarse dinámicamente según la cantidad de vehículos presentes en cada dirección.
Se trata de un sistema similar al que utilizan los botones peatonales.
¿Por qué es importante respetar las líneas de detención?
Según explican desde Transporte Informa, “estas espiras se ubican unos metros antes de la línea de detención, y solo se mantienen activas si el vehículo se posiciona exactamente sobre el área”.
En ese sentido, es esencial que los conductores se sitúen siempre antes de la línea de detención. “Si un vehículo se detiene después de la línea o sobre ella, no será detectado y el semáforo no cambiará”, o no lo hará tan rápido.
Los cruces semaforizados que funcionan según la demanda vehicular o peatonal se eligen en función de los niveles de flujo durante el día. Esto permite mantener el tráfico fluido en la vía principal, evitando detenciones innecesarias y asegurando un paso continuo en los momentos de mayor afluencia.
Es importante mencionar que, aunque las espiras mejoran significativamente la gestión del tráfico, su efectividad depende de un mantenimiento adecuado.
Si una espira se daña, puede dejar de detectar vehículos, lo que podría generar problemas en la sincronización de los semáforos y, en consecuencia, aumentar la congestión en lugar de aliviarla.