En Perú, durante las últimas semanas se ha viralizado en redes sociales un “nuevo” formato de comida. Se trata de los famosos «cuchareables», una forma de, supuestamente, facilitar el consumo de alimentos al servirlos.
En pocas palabras, el término hace referencia a la acción de sumergir una cuchara en un recipiente, generalmente un tupper o bowl de cartón, donde todos los sabores del platillo se mezclan.
Aunque para algunos parece una tendencia novedosa, lo cierto es que este concepto de comida no sería algo tan nuevo. La diferencia simplemente radicaría en la reciente popularización del término «cuchareables», impulsada por la viralización en plataformas digitales.
Renombrar este formato común de comida como “cuchareables” lo ha hecho más atractivo para los consumidores, permitiendo que algunos negocios cobren más por lo que, en esencia, es simplemente comida en un tupper. Las redes sociales han jugado un papel crucial en inflar esta tendencia, dándole una apariencia de novedad que, en realidad, no tendría.
Mónica Zegarra, coordinadora de la carrera de Gastronomía y Gestión de Restaurantes de la Universidad Privada del Norte (UPN), explicó en una entrevista con nuestro medio asociado, RPP, que esta tendencia comenzó con postres y ha ganado popularidad en gran parte por la promoción de influencers y figuras reconocidas en el ámbito digital.
El éxito reciente de los “cuchareables” no se ha limitado a los postres; ahora, platos tradicionales como ají de gallina, pollo a la brasa, ceviche y pastas también se presentan en este formato, lo que ha generado diversas reacciones entre los consumidores.
Una práctica culinaria cuestionada
La idea de los “cuchareables” está alineada con la cultura del delivery y el take-away, donde la comodidad y la facilidad de consumo son prioritarias. Sin embargo, diferentes usuarios de redes sociales acusan que no es una práctica especialmente novedosa, y que se está cobrando de más solo por lo novedoso del nombre mismo.
Estos platillos suelen ser presentados en recipientes compactos que permiten mezclar y disfrutar todos los ingredientes en cada bocado, lo que resulta especialmente atractivo para quienes buscan una experiencia gastronómica práctica sin sacrificar el sabor.
Si bien algunos usuarios celebran la innovación y la comodidad, otros, incluidos chefs de renombre, han manifestado su escepticismo y críticas respecto a esta nueva modalidad. Estos aluden, en parte, a una posible simplificación excesiva o una alteración de la experiencia gastronómica tradicional.
Uno de los escépticos de esta modalidad fue el crítico gastronómico Javier Masías, quien los tachó derechamente de “asquerosos”. Poco después, otro usuario de redes sociales lo secundó, asegurando haber visto una hamburguesa «cuchareable» en tupper. Al hilo, el experto aseguró que “Con pastelería funciona mejor, pero igual no es literal meter a un pote cualquier cosa”, puso bajo el comentario de “el cuchareable es para los dulces, se malean metiéndole a todo”.
Así mismo, muchos apuntan a que, en general, no existe nada revolucionario en el concepto de “cuchareable”, y que este habría tomado fuerza simplemente por la viralidad de las redes sociales. Esto, ya que, al fin y al cabo, solo se trata de comida en un tupper de cartón.
Así y todo, el debate sobre los «cuchareables» sigue generando opiniones divididas en nuestro país vecino. Las redes sociales han jugado un papel fundamental en su popularidad, llevando a que incluso platillos emblemáticos se adapten a esta tendencia.
Sin embargo, la discusión sobre si esta presentación realmente aporta algo nuevo a la experiencia culinaria o si simplemente es una moda pasajera, probablemente continuará, alimentada por la interacción constante entre consumidores, chefs, y críticos.