Los atletas de Corea del Norte se espían mutuamente y viven bajo estricta vigilancia de los agentes de inteligencia del dictador Kim Jong-un mientras participan en los Juegos Olímpicos en París 2024.
Se cree que los deportistas son controlados por agentes que, además de evitar que tomen contacto con otros deportistas, envían detalles de todos sus movimientos al régimen de Pyongyang.
Un total de 16 atletas norcoreanos viajaron a París, en compañía de una delegación encabezada por el ministro de Cultura y Deportes de Corea del Norte, Kim Il Guk, para competir en alrededor de siete eventos olímpicos en París, incluido boxeo y tenis de mesa, según informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
Corea del Norte en París 2024
El desertor norcoreano Jy Hyun Park, que ahora vive en el Reino Unido, dijo este fin de semana al diario The Sun que una cultura de “crítica mutua” garantizaría que los atletas -12 mujeres y 4 hombres- no se atrevan a salirse de los límites de movimiento que les impuso el régimen de Kim Jong-un.
“Es muy probable que los atletas norcoreanos sean vigilados de cerca por el personal de seguridad, incluidos los controladores de la policía secreta. Es probable que los atletas soporten duras condiciones bajo una estricta vigilancia”, dijo Park. Agregó que el propósito del régimen es mantener a sus deportistas “aislados” de todos.
“Aquellos que participan en los Juegos Olímpicos no solo se critican entre sí, sino que también se criticarán a sí mismos por lo que hicieron mientras estuvieron en Francia”, relató. “El grupo de seguimiento dentro del grupo anota todas sus acciones y las envía al gobierno”. Agregó que los malos resultados podrían resultar en castigos físicos cuando regresen a su país y que incluso podrían ser “tratados como prisioneros políticos”.
“Cuando los 16 atletas norcoreanos regresen a casa, las autoridades los mantendrán en silencio sobre todo lo que vieron en París”, explicó Park. “Serán encarcelados en algún lugar cuando regresen y firmarán un contrato diciendo que no revelarán nada de lo que vieron, oyeron, comieron o hicieron en Francia”.
Es probable que haya espías asistiendo a eventos olímpicos y redactando informes de vigilancia para enviarlos a Pyongyang, dijo el fundador de la organización NK Leadership Watch, Michael Madden. “La vigilancia de los atletas y entrenadores de la RPDC que participan en los Juegos Olímpicos se divide en dos formas: vigilancia física directa y acondicionamiento y dinámica psicológica”, explicó.
Existe presión de grupo
Bajo la discreta custodia de los agentes del Departamento de Seguridad del Estado (SSD), los entrenadores y los atletas nunca están solos, siempre están en parejas o grupos, explicó Madden. Cuando los deportistas están a solas en la Villa Olímpica de París, deben disuadir cualquier desobediencia por parte de sus compañeros de equipo porque ellos también se encontrarán en problemas si no lo hacen, agregó el experto.
Los atletas “intentarán desalentar cualquier interacción o comportamiento prohibido”, dijo Madden. “Si no lo hacen, podrían tener tantos problemas como el infractor. Por lo tanto, existe presión de grupo y la presencia de otras personas para frustrar, directa o indirectamente, algún tipo de transgresión”.
Condenado a realizar trabajos forzados si pierdes
Los norcoreanos también están obligados a anotar cualquier interacción con extranjeros e informar a las autoridades, añadió Madden. “Si vuelven al país y tienen un registro escaso de esos encuentros, seguramente estarán extrayendo carbón de una mina o trabajando en un proyecto de construcción durante un mes más o menos”.
La semana pasada, Corea del Norte obtuvo una medalla de plata en una final de dobles mixtos de tenis de mesa, en el que Ri Jong Sik y Kim Kum Yong compitieron con China. Después, posaron para una selfie junto a los campeones chinos y los jugadores de tenis de mesa de Corea del Sur, que ganaron la medalla de bronce, a pesar de que ambos países todavía están en guerra.
Los atletas podrían verse sometidos a castigos físicos o la detención si pierden, como ocurrió cuando en 1996 el equipo de fútbol norcoreano perdió ante Portugal por 5-3 en el Mundial de Inglaterra 1966. Se cree que el entonces líder Kim Il-sung condenó a los jugadores a uno de los gulags más infames.
Más recientemente, el desertor norcoreano Kim Hyeong-Soo, que huyó del país en 2009, denunció que los atletas y entrenadores sufrían meses de trabajos forzados si decepcionaban a su líder. Un año más tarde, la FIFA informó que la selección nacional norcoreana fue humillada públicamente después de perder 7-0 contra Portugal en el Mundial de Sudáfrica y el DT fue obligado a realizar trabajos de construcción.