Los 5 animales que pueden detectar enfermedades como el cáncer en humanos

Cuando se trata de detectar enfermedades, a menudo se piensa que se necesitan máquinas y equipos profesionales costosos para comprender lo que sucede. Sin embargo, la realidad es distinta.

Si bien esos instrumentos son necesarios para una detección precisa, existen otras formas para identificar enfermedades. De hecho, es posible que incluso convivas con uno de ellos en estos momentos.

Y son los animales. Algunos tienen habilidades sorprendentes para detectar enfermedades en las personas, con su sensibilidad natural que complementan la tecnología médica y ofrecen métodos alternativos de diagnóstico.

Aquí te mostraremos los mejores animales para hallar diversas enfermedades en personas.

1. Perros

Son posiblemente el ejemplo más conocido de animal que puede encontrar una variedad de enfermedades, incluidas el cáncer de vejiga, Parkinson y la malaria.

También , los perros de alerta médica especialmente entrenados, pueden revelar los ataques epilépticos y el bajo nivel de azúcar en la sangre de pacientes diabéticos.

En Estados Unidos, según National Geographic los perros han trabajado en el terreno del COVID-19, al detectarlo en algunas escuelas de California, en Massachusetts y en partidos de baloncesto de los Miami Heat.

Estos animales tienen un olfato 10.000 veces mejor que el nuestro y esa es la clave para detectar las enfermedades, ya que siente los olores específicos.

Los perros de biodetección y de alerta médica se entrenan primero para asociar olores específicos con una recompensa, como una golosina o un juguete. Luego, aprenden a reconocer cambios de olor o señales físicas en su cuidador que indican una convulsión u otro problema de salud.

2. Ratas para detectar enfermedades

Al igual que el anterior, estos animales se identifican por ser un excelente detector de olores.

La especie africana gigante ha sido entrenada para detectar el olor de los explosivos en las minas terrestres de Mozambique desde 2004 y han ayudado a eliminar más de 150.000 de ellas terrestres en siete países, según estudio del National Geographic.

Actualmente, el mismo estudio muestra que las ratas tienen un valioso desempeño a la hora de encontrar la tuberculosis. Además, al ser rápidas, solo necesitan 20 minutos para revisar 100 muestras de pacientes, utilizando su olfato para identificar la firma química distintiva de la enfermedad.

Por lo tanto, su tasa de éxito es impresionante, detectando con precisión casos positivos de tuberculosis el 81% de las veces.

3. Abejas

Estos insectos pueden detectar enfermedades en muestras, como el cáncer de pulmón, la tuberculosis y el COVID-19. Son muy sensibles a olores de baja concentración, lo que les permite detectar cambios químicos.

Los científicos las entrenan para que extiendan su lengua al detectar ciertos olores, recibiendo azúcar como recompensa. Con este entrenamiento, su respuesta se vuelve constante y muy precisa en la detección de olores relacionados con enfermedades.

Esto las convierte en una opción eficiente y económica para el análisis rápido de muestras.

4. Gusano inteligente

Tiene un tamaño aproximado de un grano de arena, son transparentes y se utilizan habitualmente en investigaciones de laboratorio.

Un estudio japonés ha demostrado que este organismo es capaz de detectar células de cáncer de páncreas. Además, según un investigación italiana, también puede reconocer células de cáncer de mama.

En ambos casos, los gusanos se mueven hacia las muestras con células cancerosas y evitan las sanas.

5. Hormigas

Este animal puede detectar signos de enfermedades percibiendo los compuestos orgánicos volátiles (COV). Que son sustancias químicas que pueden encontrarse en el aliento exhalado, en el sudor, la orina y la sangre.

Al colocar una azúcar (recompensa de la hormiga) cerca de la muestra de cáncer, van a buscar ese olor, siendo un proceso de condicionamiento operante.

Y luego de ser entrenadas, los científicos colocaron las hormigas en placas de Petri con muestras de orina de ratones con tumores y ratones sanos. Como resultado, las hormigas pasaron un 20% más de tiempo con las muestras cancerosas.