Hace casi 250 años, un 4 de julio de 1776, el Congreso de Estados Unidos firmó la Declaración de Independencia. Los habitantes de las 13 colonias estaban cansados de la vida bajo el dominio de la Corona británica, por lo que, tras una guerra de varios años, en 1781 consiguieron la independencia total.
Según explica el Gobierno norteamericano, desde entonces, cada 4 de julio se celebra el Día de la Independencia y es un feriado federal en Estados Unidos.
Se trata de una celebración famosa en todo el mundo, donde destacan los símbolos patrios de dicho país, la bandera, las fiestas y, por su puesto, los fuegos artificiales. ¿En qué se asemeja y qué lo diferencia de las festividades del 18 de septiembre en Chile?
Desfiles, asados y decoraciones
Tanto el 4 de julio como el 18 de septiembre recuerdan los procesos de independencia y la identidad nacional de cada país, por lo que ambas celebraciones incluyen desfiles, festivales y eventos públicos.
En Estados Unidos, los desfiles suelen presentar bandas, carrozas y presentaciones militares. En Chile, por ejemplo, tiene lugar la Parada Militar del Día de las Glorias del Ejército el 19 de septiembre, así como actos oficiales del Gobierno junto con las autoridades.
Tanto en Chile como en Estados Unidos, familias y amigos se reúnen para celebrar juntos, ya sea con asados o barbacoas. En ambos países, la comida juega un papel central en las festividades, creando un ambiente de camaradería y alegría.
En Estados Unidos, las barbacoas son una tradición que suele ser al aire libre, en patios traseros o parques, y a menudo incluyen juegos y actividades recreativas como voleibol, frisbee o simplemente relajarse bajo el sol.
En Chile, las celebraciones familiares y con amigos suelen centrarse en los asados, donde se preparan carnes y vegetales a la parrilla. Las reuniones pueden llevarse a cabo en casas, parcelas o espacios comunitarios, y a menudo se extienden por varias horas, con música y baile, especialmente cueca.
Por último, las decoraciones, ropa y utensilios con motivos patrióticos son un infaltable en ambas celebraciones. En Estados Unidos, los colores rojo, blanco y azul dominan el ambiente, vendiéndose en masa durante los días previos al evento, lo que a menudo genera críticas por el nivel de desechos que quedan posteriormente.
En Chile, el cotillón con motivo de la bandera nacional también forma parte de las celebraciones, abarcando desde sobreros, platos, servilletas, gorros, delantales hasta manteles, entre otros.
De fuegos artificiales a palo encebado
Una de las principales diferencias entre ambas celebraciones es la duración. El 4 de julio es una celebración de un solo día en Estados Unidos, mientras que en Chile, las Fiestas Patrias suelen extenderse por varios días. Las celebraciones comienzan el 18 de septiembre (o antes) y pueden extenderse hasta el 19 o incluso más días, dependiendo del año y las circunstancias.
De hecho, este año habrá cinco días corridos de celebración, ya que el miércoles 18, jueves 19 y viernes 20 son feriados nacionales.
Si bien en ambos países se hacen preparaciones tipo asados o barbacoas, en Estados Unidos, las celebraciones incluyen preparaciones como hot dogs, hamburguesas y ensaladas, acompañadas de bebidas como cerveza y refrescos. Por su parte, en Chile, las Fiestas Patrias se caracterizan por una rica variedad de comidas típicas como empanadas, asados, anticuchos, y platos tradicionales como el pastel de choclo, acompañadas a menudo de vino, chicha y el famoso terremoto.
Los fuegos artificiales son una parte central de las celebraciones del 4 de julio en Estados Unidos, iluminando el cielo nocturno en numerosas ciudades, algo que en Chile no está permitido. En cambio, en nuestro país las actividades culturales incluyen las ramadas y fondas, donde se baila cueca, y se disfrutan juegos tradicionales y actividades folclóricas.
Por último, el 4 de julio celebra la Declaración de Independencia de 1776, cuando las 13 colonias declararon su independencia de Gran Bretaña. En contraste, el 18 de septiembre en Chile conmemora la formación de la Primera Junta Nacional de Gobierno en 1810, que dio inicio al proceso de independencia del dominio español, aunque la independencia formal no se logró hasta varios años después.