Comprender cuándo acudir a la urgencia de un hospital y cuándo es más apropiado dirigirse a un SAPU (Servicio de Atención Primaria de Urgencia) o SAR (Servicios de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolutividad) es sumamente relevante.
Esta decisión puede no solo facilitar una mejor atención, sino también descongestionar los hospitales de casos que podrían ser tratados eficazmente en otros niveles de atención primaria.
Cuando es necesario acudir a una urgencia hospitalaria
Los servicios de urgencia hospitalaria están diseñados para atender emergencias médicas graves y situaciones que requieren atención inmediata y especializada. Según el Ministerio de Salud de Chile, se considera apropiado acudir a una urgencia hospitalaria en casos graves que ponen en riesgo la vida del paciente. Estos pueden ser:
1. Problemas cardiovasculares: Situaciones que amenazan la vida, como infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV), etc.
2. Traumatismos graves: por ejemplo, una hemorragia, fracturas expuestas, quemaduras extensas, heridas profundas que requieren sutura, etc.
3. Problemas respiratorios severos: Dificultad respiratoria intensa que podría indicar neumonía grave, crisis asmática severa u otras condiciones urgentes. También reacciones alérgicas severas.
4. Dolor torácico: Dolores intensos en el pecho que podrían estar relacionados con problemas cardíacos agudos como un infarto.
5. Alteraciones neurológicas agudas: Pérdida repentina de la visión, convulsiones prolongadas, pérdida de conocimiento, entre otros.
En resumen, si el estado no es de gravedad, la recomendación es no acudir a la urgencia hospitalaria.
Cuándo preferir un SAPU o SAR
Los SAPU y SAR están orientados a la atención de urgencias menores y problemas de salud que no ponen en riesgo inmediato la vida del paciente. El Minsal define a los SAPU como un “establecimiento de salud que ofrece atención a las necesidades de urgencia/emergencia de baja complejidad, que se emplaza adosado a un Centro de Salud de Atención Primaria (Cesfam) o en un local anexo”.
Por otro lado, un SAR entrega “atención médica de urgencia, oportuna, resolutiva y de calidad, a la población inscrita, en un horario que complementa el funcionamiento del CESFAM y SAPU”.
Según el mismo organismo, dichos servicios de atención primaria de urgencia deben ser la primera opción en casos que no comprometan la vida. Eso sí, si los síntomas empeoran, se debe acudir a una urgencia hospitalaria.
1. Enfermedades leves o de inicio reciente: resfríos comunes, gastroenteritis leve, dolor de garganta, entre otros.
2. Urgencias menores: Pequeños cortes, quemaduras leves, picaduras de insectos que no causen reacciones alérgicas graves.
3. Traumatismos no graves: sufrir una caída de mediana altura o golpes fuertes sin pérdida de consciencia. También una persona con sangramiento no hemorrágico.
El uso adecuado de los servicios de salud por parte de los usuarios puede contribuir significativamente a la eficiencia del sistema. Según estadísticas del Ministerio de Salud, un porcentaje significativo de las consultas en urgencias hospitalarias podrían haberse tratado eficazmente en centros de atención primaria, descongestionando así los hospitales para los casos más graves.