La intoxicación por monóxido de carbono (CO) es un problema de salud pública que afecta a personas en todo el mundo. El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro e insípido, lo que lo hace especialmente peligroso, ya que puede ser inhalado sin que la persona se dé cuenta.
El último caso de una muerte asociada a intoxicación de este tipo tuvo lugar este viernes 21 de junio, cuando dos menores de edad fueron encontradas sin vida en su domicilio.
A continuación puedes revisar cuáles son los síntomas principales de intoxicación por monóxido de carbono y cómo prevenirlo. Recuerda además que los fetos, bebés, niños y adultos mayores son más susceptibles a complicaciones por la inhalación de este gas.
Síntomas de la intoxicación por monóxido de carbono
La intoxicación por monóxido de carbono se produce cuando se inhala una cantidad significativa de este gas, impidiendo que el oxígeno llegue a los órganos y tejidos del cuerpo. Los síntomas pueden variar según la concentración del gas y el tiempo de exposición, según la Clínica Mayo, estos son:
Dolor de cabeza. Debilidad. Mareos. Náuseas o vómitos. Falta de aire. Confusión. Visión borrosa. Somnolencia. Pérdida del control muscular. Pérdida del conocimiento.
En la siguiente tabla se pueden observar cuáles son los síntomas dependiendo del tiempo de exposición y la cantidad de monóxido de carbono inhalado.
La Academia Nacional de Bomberos de Chile indica que “Una intoxicación con monóxido de carbono puede provocar recaídas hasta cuatro semanas después de la recuperación aparente. También puede provocar cambios en la personalidad, lesiones neurológicas, confusión mental y desorientación del tiempo y el espacio, así como problemas de memoria”.
En caso de sospecha de intoxicación por monóxido de carbono, se debe acudir de inmediato a urgencias para recibir la ayuda correspondiente.
Cómo prevenir la intoxicación por este gas
La prevención es crucial para evitar la intoxicación por monóxido de carbono. Según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las principales son:
Instalación de detectores de monóxido de carbono: Es fundamental instalar detectores de CO en el hogar, especialmente cerca de dormitorios y áreas donde las personas pasan mucho tiempo. Estos dispositivos alertan sobre la presencia del gas antes de que alcance niveles peligrosos.
Mantenimiento regular de los aparatos de combustión: Todos los aparatos que queman combustible, como calefactores, estufas, calderas y chimeneas, deben ser revisados y mantenidos regularmente por un profesional cualificado. Las instalaciones defectuosas o mal mantenidas pueden liberar CO.
Ventilación adecuada: Asegurarse de que las áreas donde se utilizan aparatos de combustión estén bien ventiladas. Nunca se debe usar una barbacoa, estufa de camping o cualquier dispositivo que queme combustible en interiores sin una ventilación adecuada.
No dejar el motor de un auto encendido en espacios cerrados: Nunca se debe dejar el motor del coche encendido en un garaje cerrado, incluso si la puerta está abierta. Los gases de escape contienen CO y pueden acumularse rápidamente en un espacio confinado.
Uso adecuado de los generadores portátiles: Durante cortes de energía, muchas personas recurren a generadores portátiles. Estos deben usarse siempre al aire libre y lejos de ventanas, puertas y conductos de ventilación para evitar que el CO entre en el hogar.
Por último, informar a la familia sobre los peligros del monóxido de carbono y cómo identificar los síntomas de la intoxicación puede salvar vidas. También es útil saber cómo actuar en caso de una sospecha de intoxicación.