Durante siglos, diferentes civilizaciones y culturas han observado los cuerpos celestes en el cielo como una forma de guiar y entender tanto procesos terrenales, como las cosechas y el clima, como procesos espirituales y rituales. Uno de los eventos más importantes para muchas culturas es el solsticio de invierno, que este año tendrá lugar el 20 de junio. Eso sí, no todos lo celebran en esa fecha exacta.
En Chile, durante esta época conviven diferentes tradiciones a lo largo de su territorio, tanto por parte de los pueblos indígenas como de aquellas que fueron producto del sincretismo religioso de la época colonial.
Tradición incaica/quechua: Inti Raymi
En el norte del país, la cultura quechua celebra el Inti Raymi, que significa “Fiesta del Sol”. Este evento tiene lugar en el solsticio de invierno y es una de las festividades más importantes del calendario incaico y marca el año nuevo Quechua.
La ceremonia se realiza en honor al dios sol, Inti, y marca el inicio de un nuevo ciclo agrícola. “Durante las celebraciones de este evento de carácter simbólico y socio-político, se reunían las más grandes personalidades y acudían los señores de vasallos o curacas de todo el imperio; se realizaban ceremonias de purificación tres días antes, se respetaba un estricto régimen alimenticio y de celibato, y finalmente, el Inca y la nobleza recibían al sol en su renacimiento con vítores de alegría, brindando con chicha en un kero de oro”, sostiene el Centro de Documentación de Bienes Patrimoniales.
En Cusco, la antigua capital del Imperio Inca, se llevan a cabo representaciones teatrales, desfiles y rituales que incluyen el uso de trajes tradicionales y la música de instrumentos andinos. La celebración busca agradecer y pedir prosperidad al Inti para cosechas futuras.
Fiesta Aymara: Machaq Mara
Durante el Machaq Mara, las comunidades aymaras se reúnen antes del amanecer en lugares sagrados para esperar la salida del sol. La llegada del primer rayo es un momento crucial, ya que simboliza el renacimiento de este y la renovación de la energía de la tierra. Las personas extienden sus manos hacia el sol naciente para recibir su energía y bendiciones para el nuevo año.
La celebración incluye una serie de rituales y ceremonias que honran a la Pachamama (Madre Tierra) y a los Apus (espíritus de las montañas). Entre estos rituales se encuentran la ofrenda de alimentos, bebidas y hojas de coca, así como danzas y música tradicional aymara. La música, interpretada con instrumentos como el siku (flauta de pan) y el charango (instrumento de cuerda), juega un papel central en la festividad, creando un ambiente de alegría y reverencia.
El Machaq Mara no solo es una celebración de renovación espiritual y agrícola, sino también un acto de reafirmación cultural. Para los aymaras, esta fiesta es una manera de mantener vivas sus tradiciones ancestrales y de fortalecer su identidad.
Celebración mapuche: We Tripantu
En el sur de Chile y Argentina, el pueblo mapuche celebra el We Tripantu, que significa “nueva salida del sol” y marca el comienzo del año nuevo mapuche. Esta festividad coincide con el solsticio de invierno y representa el renacimiento de la naturaleza.
Durante el We Tripantu, las familias mapuche se reúnen para realizar rituales que incluyen baños purificadores en ríos, la preparación de comidas tradicionales, y la realización de rogativas y danzas en torno al fuego. Es un momento de renovación espiritual y agradecimiento a la naturaleza por los ciclos de vida que se inician nuevamente.
“Antes del amanecer, quienes celebran se reúnen para realizar el “nguillan mawún” o “ceremonia del amanecer”, donde se comunican con las fuerzas del cosmos. Cuando el sol aparece por las montañas del este, los Mapuches gritan “Akui we tripantu” (llegó el año nuevo) y “Wiñoy tripantu” (regresa el amanecer)”, explica el portal de Chile es tuyo.
Las actividades realizadas durante la vigilia de la noche más larga del año son tan significativas como las que tienen lugar a la mañana siguiente. Las familias se congregan en la ruka donde se llevará a cabo la celebración, disfrutando de carne, muday, mote, catuto, tortillas de rescoldo y sopaipillas. Durante este tiempo, se cuentan historias, se escucha a los sabios, se canta y se juega, creando un ambiente de unión y tradición.
Festividad cristiana: Noche de San Juan
En el mundo cristiano, el solsticio de invierno coincide con la festividad de San Juan Bautista, celebrada la noche del 23 de junio. La Noche de San Juan es una festividad con raíces tanto paganas como cristianas, y se caracteriza por encender hogueras, que simbolizan la purificación y la renovación.
En la víspera del 23 de junio, a la espera de San Juan, hay una serie de ritos que se llevan a cabo. Algunos de los rituales más famosos son saltar sobre las hogueras para atraer buena suerte y protegerse de los males. Además, en algunas regiones, se cree que esta noche es mágica y se llevan a cabo prácticas adivinatorias y rituales de purificación.
“Algo que se ve, por ejemplo, en la siembra del trigo. Hay que sembrar después de la Cruz de Mayo para que el trigo salga bueno. La gente, para cuidar sus casas y familias, tiene cruces de palqui y ramos benditos de ruda y romero, una calavera de animal arriba del techo y caminos donde están indicadas las apariciones del diablo y de Dios”, explicó en su momento la directora del Archivo de Cultura Tradicional de Concepción, Patricia Chavarría, para Patrimonios de Chile.