La peste cristal es una enfermedad clásica de la niñez. Una buena parte de la población la tuvo durante esa época de la vida, pero qué pasa si nunca llegó en la infancia ¿Puede producirse la varicela en adultos? Y si es así ¿Cuáles son sus riesgos?
La típica imagen de un niño cubierto por ampollas en todo su cuerpo, como se ha visto en caricaturas y películas, es la representación más visible que se tiene de la afección de salud.
Otros síntomas clásicos son la fiebre y la picazón que vienen con las vesículas inflamadas. En Chile se le conoce como “peste cristal”, puesto que otro punto de la sintomatología visible son las gotas de líquido transparente o blanquecino que contienen las ampollas, consigna Clínica Alemana.
Cómo es la varicela en adultos
Usualmente se suele decir a las personas que no tuvieron varicela en la infancia que “tenerla en la adultez es peor”. Sin embargo, éste no es un dato infalible, ya que según datos de Canal Salud IMQ el virus que causa la peste cristal puede reactivarse en caso que éste quedara latente en los ganglios nerviosos.
En ese sentido, apuntan que un 20% de los casos de varicela derivan en Herpes Zóster, teniendo como mayor incidencia sobre los 50 años. En caso de haberla tenido o no, el mismo herpes es el culpable.
En adultos la varicela también se presenta con una erupción de ampollas, pero a éste se suman costras en la parte del ganglio afectado y dolor neurálgico.
Una de las complicaciones asociadas a la peste cristal fuera de la infancia es la neuralgia postherpética, que es un dolor que persiste durante meses luego de superar el cuadro de herpes.
A ello se suma una sobreinfección bacteriana de las lesiones que puede derivar en hepatitis, daños neurológicos y neumonía, consignan desde el sitio especializado en salud.
Así es el tratamiento de la peste cristal en adultos
Si la varicela se aborda entre las primeras 48 a 72 horas puede aplicarse aciclovir por vía oral, que es un fármaco específico para esta enfermedad y distintos herpes.
En el caso de pacientes inmunodeprimidos, se requiere que la persona sea internada en un hospital para administrar el mismo medicamento por vía intravenosa.
En tanto, la neuralgia postherpética es abordada mediante analgésicos, paracetamol, antiinflamatorios no esteroideos y coanalgésicos.