Era un anuncio largamente esperado por víctimas, organizaciones e investigadores, pero no por eso fue menos sorpresivo cuando el presidente chileno, Gabriel Boric, informó en su cuenta pública que había instruido la expropiación de la ex Colonia Dignidad, hoy conocida como Villa Baviera, ubicada en Parral, región del Maule.
El oficio del ministro de justicia chileno, Luis Cordero, al ministerio de Vivienda solicita la expropiación de seis edificaciones: la casa de Paul Schäfer, el restaurant (Zippelhaus), el edificio de administración y hotel, la bodega de papas (Kartoffelkeller), el hospital y la portería.
Esta medida recoge la propuesta entregada en 2021 por el grupo de expertos chilenos y alemanes para la creación de un sitio de memoria y centro de documentación, por encargo de la Comisión Mixta Chile-Alemania, y se basa en el trabajo realizado en encuentros y talleres con los distintos grupos de víctimas en ambos países.
Historia de Colonia Dignidad
Fundada en 1961 por el predicador laico Paul Schäfer, Colonia Dignidad fue un asentamiento de alemanes en el sur de Chile, donde, por décadas, se cometieron crímenes como trabajo esclavo, medicación forzada, tortura y abuso sexual. Durante la dictadura, fue cómplice en la detención, ejecución y desaparición de prisioneros políticos.
Schäfer fue detenido y murió en prisión en 2010. Algunos residentes dejaron el lugar, pero un grupo permanece, dedicado al turismo, la gastronomía y la agricultura. Por medio de un comunicado, la administración de Villa Baviera indica a DW que es respetuosa de la legislación chilena. “Las acciones de expropiación no interfieren en nuestras actividades económicas”, agrega el texto.
Sin embargo, tendrán que cerrar el hotel y el restaurant. Estos edificios se encuentran al interior de un polígono de 182 hectáreas, protegido como monumento nacional desde 2016. El consorcio de empresas cuenta con más de seis mil hectáreas, dedicadas a los rubros agrícola y forestal.
“Es un hecho sumamente relevante y viene tras ocho años de trabajo en la comisión mixta, donde no se habían reportado muchos avances hasta ahora. Da esperanza de que se implemente el esperado sitio de memoria”, indica a DW Jan Stehle, del Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica (FDCL) en Berlín.
“Un lugar de duelo”
Por medio de una declaración, la Asociación por la Verdad, Justicia, Reparación y Dignidad de los excolonos (ADEC), agradece esta medida, que considera “un acto simbólico de reparación inmaterial y moral, y un reconocimiento a todas las víctimas de la ex Colonia Dignidad”.
“Tiene que ser un lugar de duelo para quienes perdieron a sus familiares, un lugar de reconocimiento para los diferentes grupos de víctimas que han sufrido ahí y, por otra parte, tiene una importante función educativa de contar lo que allí ocurrió, por respeto a las víctimas y para que no se vuelva a repetir”, afirma Stehle.
Evelyn Hevia, investigadora de la Universidad Libre de Berlín, quien ha trabajado junto al grupo binacional de expertos, dice a DW que la expropiación responde a una demanda de las víctimas y los afectados: “Nos habíamos acercado, logrado dialogar, confrontar posiciones que estaban muy polarizadas al inicio, escuchar historias que son dolorosas, de pasados no resueltos, y faltaba tomar medidas concretas”.
La sicóloga e historiadora destaca que la transformación hacia un sitio de memoria permitirá seguir investigando y documentando la historia. “Ayuda en la vía de la reparación simbólica y es una forma de restitución del buen nombre de las víctimas”, añade.
Desafíos en el proceso
“Es un paso muy importante, una gran oportunidad, y al mismo tiempo quedan pendientes muchas definiciones”, dice a DW Elke Gryglewski, directora de la Fundación Memoriales de Baja Sajonia y del sitio conmemorativo en el excampo de concentración Bergen-Belsen, y miembro del grupo de expertos que elaboró la propuesta de sitio de memoria.
Entre otras, determinar el destino de unos 110 residentes. Son un grupo heterogéneo, en que un tercio son jóvenes y niños que se identifican como chilenos y han crecido tratando de entender el horror vivido en el lugar.
La ADEC asegura que la administración de Villa Baviera ha lucrado ilegítimamente con el patrimonio creado con el trabajo esclavo de todos y espera que la indemnización por la expropiación “vaya en directo beneficio de las víctimas y no de la actual jerarquía de la ex Colonia Dignidad”, la cual, en su opinión, se ha resistido a los esfuerzos del Estado por avanzar en justicia y memoria.
“Es importante continuar el diálogo. La creación de un sitio de memoria también ayuda a la creación de una comunidad democrática. Esto puede ayudar en el momento en que se entreguen los pagos, para definir a dónde va ese dinero y qué es lo que ayuda a la comunidad”, dice Gryglewski.
Las propiedades son parte de un holding de empresas. Cerca del 80 por ciento de las acciones pertenecen a colonos y excolonos, con mayor concentración en los que están más arriba en la jerarquía. El resto son de accionistas externos que compraron en los últimos años.
Un camino largo
La transformación hacia un lugar conmemorativo puede ser largo y no se descarta que la administración recurra a la justicia, lo que podría retrasar el proceso.“Se debería recoger la positiva experiencia de diálogo con grupos de víctimas y afectados de los últimos años, para que, con la participación de todos, se llegue a una pronta solución”, opina Stehle.
Entre otras tareas, será necesario inventariar documentos, objetos, equipos y maquinaria de valor museográfico, así como revisar construcciones que se han deteriorado por el paso del tiempo. “Puede ser largo y burocrático. Debe ir de la mano de la comunicación, el acercamiento y diálogo con todas las personas afectadas y quienes conocen el tema en profundidad”, afirma Hevia.
La investigadora reconoce que “no va a ser fácil, estos procesos no están libres de conflicto”, pero es optimista: “Honrar a las víctimas, darle un espacio a la memoria y a la verdad histórica es una deuda con toda la sociedad. Y la tramitación de la expropiación inevitablemente también va a empujar a investigar y esclarecer la situación patrimonial”.
El próximo paso es crear una entidad que articule distintas instancias públicas y de la sociedad civil, e incorpore a Alemania, adelanta Pascual. Al respecto, Stehle considera que el apoyo de este país será clave: “Debe ponerse plenamente al lado del Estado chileno como Estado que comparte la responsabilidad en los crímenes, e implementar de manera conjunta este sitio de memoria”.