El Ejército de Chile se encuentra en la polémica por la muerte de un conscripto en una actividad donde más de 40 soldados jóvenes quedaron con secuelas físicas. El hecho, de manera inevitable, hace recordar la Tragedia de Antuco, uno de los episodios más tristes de la institución.
Durante esta semana, un conscripto de 19 años del Ejército murió y otros 45 quedaron gravemente afectados, durante una serie de ejercicios en Putre, región de Arica y Parinacota, lo que hizo a muchos recordar la llamada Tragedia de Antuco.
El fatal hecho, que afecto gravemente diferentes flancos de la institución castrense, sucedió el 18 de mayo del 2005, donde 44 conscriptos y un suboficial perdieron la vida durante una marcha de entrenamiento en el volcán Antuco, ubicado en la región del Bío Bío.
Tragedia de Antuco reflota por muerte de conscripto en Putre
La tragedia ocurrió cuando una compañía de jóvenes conscriptos del Regimiento de Infantería Nº 17 de Los Ángeles, acompañados por oficiales, se encontraban realizando un ejercicio de marcha en las inmediaciones del volcán Antuco.
A pesar de las adversas condiciones meteorológicas, que preveían una fuerte tormenta de nieve, la marcha no fue suspendida. Los soldados, mal equipados para enfrentar el intenso frío y la nieve, se vieron sorprendidos por una tormenta blanca, que rápidamente redujo la visibilidad y las temperaturas cayeron drásticamente.
La falta de preparación adecuada y el equipamiento insuficiente fueron factores cruciales que contribuyeron a la magnitud de la tragedia. Muchos de los jóvenes llevaban ropa que no proporcionaba la protección necesaria contra las extremas condiciones del clima.
Además, se cuestionaron las decisiones de los comandantes encargados de la marcha, quienes optaron por continuar con el ejercicio a pesar de las alertas meteorológicas.
Reacciones y consecuencias
La noticia de la tragedia causó conmoción en todo Chile. Las familias de las víctimas y la comunidad en general se sintieron profundamente afectadas y surgieron numerosas críticas hacia las prácticas y la toma de decisiones en el Ejército.
Las investigaciones posteriores revelaron una serie de negligencias y falta de juicio crítico por parte de los oficiales a cargo, lo que llevó a sanciones y reformas dentro de las fuerzas armadas.
A raíz de la tragedia, el Ejército de Chile implementó cambios significativos en sus protocolos de entrenamiento y seguridad. Se introdujeron medidas para la evaluación de condiciones climáticas y la preparación de los soldados para ejercicios en ambientes extremos.
Además, se mejoró el equipamiento y la capacitación del personal para responder adecuadamente a situaciones de emergencia.
Las consecuencias judiciales de la Tragedia de Antuco
Tras la Tragedia de Antuco, se llevaron a cabo extensas investigaciones y juicios que culminaron en varias sanciones judiciales.
Los castigos se enfocaron principalmente en los oficiales a cargo de la fatal marcha, quienes fueron hallados responsables de negligencia y mal manejo de la situación.
Patricio Cereceda: El mayor en retiro y comandante del Batallón, fue el único condenado a pena de cárcel efectiva por la responsabilidad directa de la unidad durante la marcha. Recibió una condena efectiva de 5 años y un día por cuasidelito de homicidio múltiple. Pero luego de casi 4 años de cumplimiento, fue puesto en libertad condicional.
Roberto Mercado: El excomandante del Regimiento Los Ángeles, cumplió en libertad la pena remitida de tres años, tras ser condenado por incumplimiento de deberes militares.
Luis Pineda: El teniente coronel, segundo comandante del Regimiento Los Ángeles, recibió una pena remitida de 541 días por incumplimiento de deberes militares. Se le acusó de ocultar información relevante y no asesorar al comandante, considerando que su obligación era mantenerlo informado.
Claudio Gutiérrez: El excapitán de la Compañía Andina, sólo fue acusado de cuasidelito de homicidio con una condena de 841 días de pena remitida.
Carlos Olivares: El ex capitán de la Compañía de Morteros, tuvo una pena remitida de 841 días.