Para el segundo semestre de este año, las señales de un debilitamiento del fenómeno de El Niño muestran que declinará en otro evento climatológico, conocido como La Niña costera.
La Niña se conoce como el fenómeno opuesto de El Niño y se trata del enfriamiento de las temperaturas de la superficie del océano en la misma región del Pacífico Ecuatorial. Se produce cada dos o siete años y alterna con el episodio inverso y momentos neutros. Estas variaciones de temperaturas pueden provocar fluctuaciones importantes del clima en el mundo.
No obstante, la Dirección Meteorológica de Chile, establece que los modelos muestran una probabilidad del 62 % de que La Niña comience durante el trimestre de junio, julio y agosto, provocando, según las estimaciones de los expertos, una disminución de las precipitaciones y las temperaturas.
Qué es La Niña costera
Se le conoce como La Niña costera, al fenómeno climático que ocurre cuando se da un enfriamiento anómalo en el Océano Pacífico ecuatorial, afectando principalmente a las costas de Sudamérica.
Como contexto, el conocido fenómeno de La Niña global se desarrolla en el Océano Pacífico central y sus efectos suelen impactar el clima a nivel global.
César Torrealba, geógrafo y académico de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello, puntualiza que la última vez que llegó La Niña costera a Chile, fue en 2018.
“Precisamente el cambio climático global que estamos viviendo en la actualidad, hace que no sea muy exacta la alternancia entre Niña y Niño o la aparición de Niña costera. Esos límites son difusos en el último tiempo”, afirma en conversación con RadioBioBio.
En ese sentido, el especialista explica que el escenario “está bien caótico, producto del calentamiento global”. Por lo tanto, a veces la ocurrencia de La Niña costera son más frecuentes o más espaciados.
Específicamente, en los últimos 15 años, hemos arrastrado fenómenos de Niñas extensas y Niñas costeras más acentuadas. “Y el principal reflejo de eso, es la sequía que arrastra la zona central de Chile en los últimos 15 años”, agrega el académico.
Menos lluvias en gran parte de las zonas centro y sur del país
Los modelos climatológicos proyectan, efectivamente, la aparición de La Niña, junto al declive de El Niño, o sea, el declive del calentamiento superficial del agua de la corriente de Humboldt.
Asimismo, la nueva aparición de La Niña y también la Niña costera, inhibe la evaporación, condensación y formación de nubes, por lo tanto, se acentúan las condiciones para no generar lluvias, sobre todo en Chile Central, desde Aconcagua hasta el Bío Bío y también el Norte Chico.
Torrealba destaca que los modelos climatológicos indican “una disminución de las precipitaciones en la zona sur, ya que es el típico patrón que ocurre con La Niña y con La Niña costera”, afirma a BBCL.
Además, debido a una baja de la precipitación normal de 300 milímetros a 120 milímetros anuales, el fenómeno de La Niña ha causado la sequía en Chile Central (Santiago) y el borde costero.
Junto con ello, aparece un patrón de lluvias concentradas, lo cual impide que se recarguen las napas y que escurra el agua hacia el mar, por lo tanto, hace más evidente el efecto de sequía.
Con la problemática de la sequía, sobre todo del estrés hídrico que está afectando a la zona central, hay que considerar que el factor de La Niña costera generaría “fuertes lluvias altiplánicas en el norte y también un aumento de la temperatura en la zona patagónica”, anticipa Torrealba.
En esta misma línea, el proceso de enfriamiento de las aguas frías de Humboldt, por efecto de La Niña, provocaría una sequía, sobre todo en Chile Central.
Los efectos de La Niña
De acuerdo con el climatólogo Raúl Cordero, La Niña ha incidido en la temperatura extrema que hemos experimentado en el último año. Dicho de otro modo, también es probable que retornen “los déficits de precipitaciones entre 2008 y 2022”, agregó Cordero en conversación con TVN.
Otro tanto ocurre con el próximo invierno, que será más seco, produciendo un efecto negativo en la agricultura. “La Niña costera puede afectar la producción de toda una zona, por lo tanto, podría impactar en los precios de las hortalizas y las frutas que son producidas acá”, afirmó el docente Óscar Melo, del Centro de Cambio Global de la Universidad Católica a TVN.
Según el doctor Martín Jacques, del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción, en una nota publicada anteriormente en BBCL, los efectos en Chile cambian, debido a las condiciones climáticas. “Todo eso ha sido parte de lo que hemos observado recientemente en términos meteorológicos. Eventos de La Niña se alternan cada pocos años con eventos de El Niño, cuyas características son esencialmente opuestas”, argumentó.
Aunque El Niño y La Niña son fenómenos naturales globales, se producen en un “contexto de cambio climático provocado por la actividad humana que aumenta las temperaturas, afecta a los patrones estacionales de lluvias y provoca temperaturas más extremas”, remarcó la Organización Mundial de la Salud.