Las altas temperaturas y los niveles intensos de radiación registrados en Chile durante las últimas semanas, agravados por los efectos del cambio climático, sitúan al cáncer de piel en el centro de la atención médica. Esto, considerando que en los últimos 10 años (2012-2022), se ha observado un aumento del 40% en las muertes asociadas a esta enfermedad, según datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud.
El Dr. Juan Pablo Miranda, oncólogo encargado de la Unidad de Investigación del Instituto del Cáncer de RedSalud, destaca que en esta temporada del año se incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de piel, principalmente por la exposición prolongada a la radiación ultravioleta (U.V.), que aumenta la vulnerabilidad de la piel y eleva la aparición de afecciones cutáneas
Cáncer de piel y signos de alarma:
Actualmente, el cáncer de piel se divide en tres tipos, los más comunes son el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular, que tienen altas probabilidades de curación. El tercer tipo, y el más complejo en su tratamiento, es el melanoma que, según el especialista, es el más peligroso y causa la mayor cantidad de muertes.
El oncólogo describe cinco señales de alarma a las que se debe prestar atención:
1. “Lunares” o manchas nuevas: No todas las lesiones nuevas que aparecen en la piel son lunares y es importante conocer las diferencias, ya que “es muy frecuente que las personas confundan los lunares con lesiones de la piel”, asegura el especialista.
2. Cambios en lunares existentes: “Un método que ayuda a identificar lunares sospechosos es la abreviación ABCDE: presencia de asimetría; bordes irregulares; colores (más de dos en la misma superficie); tamaño (diámetro mayor o igual a 6 mm) y evolución, es decir, variaciones en tamaño, forma, color o textura.”, comenta.
3. Úlceras que no cicatrizan: Heridas persistentes en la piel o labios pueden ser indicativos de cáncer de piel.
4. Manchas en las uñas: El cáncer de piel puede comenzar incluso en las uñas, manifestándose como una línea vertical oscura. Es clave estar atento ante cambios en la pigmentación.
5. Picor persistente o dolor: Molestias crónicas en la piel sin causa aparente pueden ser señales de alerta.
Cualquier persona puede tener cáncer de piel, pero las personas con las siguientes características están en mayor riesgo:
Piel clara; piel que fácilmente se quema, enrojece o le salen pecas o que bajo el sol se siente adolorida; ojos azules o verdes; cabello rubio o pelirrojo; cierto tipo de lunares o numerosos lunares; antecedentes familiares y personales de cáncer de piel, así como edad avanzada.
La prevención es clave
“Hoy las estadísticas señalan que nueve de cada diez personas con cáncer de piel lo desarrollan debido a la sobreexposición al sol, conducta frecuente especialmente en esta temporada. Por tanto, la detección temprana y la prevención por parte de las personas juegan un papel crucial”, subraya el Dr. Miranda.
En este contexto, enfatiza que la manera más sencilla de evitar la exposición excesiva a los rayos ultravioleta es mantenerse alejado del sol y buscar la sombra siempre que sea posible.
“Aunque durante el verano aumenta la exposición al sol, es fundamental recordar que a lo largo de todo el año estamos expuestos a los rayos ultravioleta, ya que factores climáticos como la nubosidad no reducen por completo la incidencia de la radiación”, sostuvo.
Algunas recomendaciones para protegerse del sol son aplicarse protector solar que tenga un FPS de 30 o superior en todas las áreas expuestas al sol y volver a aplicarlo cada dos horas y después de nadar o sudar.
También sugiere utilizar ropa de manga larga, sombreros de ala ancha y lentes de sol con protección UV para cubrir la piel y evitar la exposición en horas peak de radiación solar (generalmente entre las 10:00 a.m. y las 4:00 p.m). En esa línea, agrega que debemos tener mayor precaución con niños, grupo especialmente vulnerable a los daños causados por el sol.
El Dr. Miranda sostiene que “es importante examinar la piel regularmente para detectar cualquier cambio en las manchas, lunares o lesiones, y consultar a un especialista si nota algo sospechoso. Por último, someterse a programas de chequeo con un dermatólogo, principalmente en caso de antecedentes familiares de cáncer de piel o factores de riesgo adicionales, como piel fototipos 1 y 2, antecedentes de quemaduras solares graves o un gran número de lunares”.